La nueva presidenta de Perú, Dina Boluarte, tomó juramento a su nuevo Gabinete el sábado, apenas tres días después de convertirse en la primera mujer jefe de Estado del país, y pidió a cada ministro que se comprometiera a no ser corrupto mientras ocupara el cargo.
Los 16 ministros elegidos por Boluarte, que el miércoles fue ascendida de vicepresidenta para sustituir al destituido Pedro Castillo al frente del país, serán clave para enardecer o calmar aún más un país sudamericano que vive una crisis política aparentemente endémica.
Boluarte presentó su gobierno en medio de manifestaciones en todo Perú que pedían su dimisión y la convocatoria de elecciones generales para sustituirla a ella y al Congreso.
Boluarte pidió el sábado a cada uno de los ocho hombres y ocho mujeres que juren o prometan desempeñar sus cargos “leal y fielmente sin cometer actos de corrupción.”
Boluarte, que domina el español y el quechua, fue elegida vicepresidenta en la fórmula presidencial que llevó al centroizquierdista Castillo al poder el año pasado. Fue ministra de Desarrollo e Inclusión Social durante los 17 meses de gobierno de Castillo, un maestro rural sin experiencia política previa.
Boluarte, de 60 años, sustituyó a Castillo después de que éste asombrara al país ordenando la disolución del Congreso, que a su vez lo destituyó por “incapacidad moral permanente”. Fue detenido acusado de rebelión. Su fallida maniobra contra el Congreso, dirigido por la oposición, se produjo horas antes de que los legisladores se dispusieran a iniciar un tercer intento de destitución contra él.
Castillo pasó por más de 70 miembros del Gabinete durante su gobierno. Algunos de ellos han sido acusados de irregularidades.
Boluarte ha dicho que debería permitírsele ocupar el cargo durante los 3 años y medio restantes de su mandato. Pero los manifestantes exigen nuevas elecciones. Algunos de los que se manifiestan a favor de Castillo la han llamado “traidora”.
El sábado, varias carreteras seguían bloqueadas por manifestantes que pedían el cierre del Congreso, la dimisión de Boluarte y nuevas elecciones.
“El Congreso nos ha dado una patada y se ha burlado del voto popular”, dijo el manifestante Mauro Sánchez en Lima, donde la policía ha utilizado gases lacrimógenos para poner fin a las manifestaciones que comenzaron el miércoles. “Salgamos a las calles, no nos dejemos gobernar por este congreso mafioso”.
Perú ha tenido seis presidentes en los últimos seis años, incluyendo tres en una sola semana en 2020, cuando el Congreso flexionó sus poderes de destitución.
La lucha por el poder en el país ha continuado mientras los Andes y sus miles de pequeñas granjas luchan por sobrevivir a la peor sequía en medio siglo. Sin lluvia, los agricultores no pueden plantar patatas, y la hierba moribunda ya no puede sostener rebaños de ovejas, alpacas, vicuñas y llamas.
El gobierno también ha confirmado que en la última semana se ha producido en Perú la quinta oleada de infecciones por COVID-19. El país ha registrado cerca de 4,3 millones de infecciones y 217.000 muertes desde el inicio de la pandemia.
Boluarte carece de apoyo en el Congreso. Al igual que Castillo, fue expulsada en enero del partido de extrema izquierda con el que ambos fueron elegidos presidente y vicepresidente.
Omar Coronel, profesor de ciencias políticas de la Pontificia Universidad Católica del Perú, dijo que una variable importante para el gobierno de Boluarte será su capacidad para manejar las olas de descontento y generar una coalición en el Congreso que pueda sostenerla pero que al mismo tiempo “no sea aberrante para la izquierda.”
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El periodista de Associated Press Franklin Briceño contribuyó a este despacho.
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