El presidente tunecino, Kais Saied, presentó el viernes un nuevo proyecto de constitución que otorgaría amplios poderes al presidente y reduciría la autoridad del primer ministro y del parlamento.
El referéndum sobre la constitución está previsto para el 25 de julio, exactamente un año después de que Saied suspendiera el parlamento y tomara el poder. Dijo que la medida era necesaria para “salvar al país” de la crisis política y económica. Esto provocó fuertes críticas por parte de la oposición, que le acusa de haber caído en el totalitarismo.
Varias organizaciones, entre ellas la poderosa central sindical UGTT, han deplorado la ausencia de un diálogo público en la elaboración de la nueva constitución que han apodado “la Constitución de Kais Saied”.
El proyecto de texto, publicado a última hora del jueves, daría al presidente un mayor poder ejecutivo que al primer ministro y establecería por primera vez un sistema parlamentario bicameral.
Eso supondría un cambio respecto a la Constitución actual, que se consideró innovadora cuando se aprobó en 2014 tras consultar a múltiples grupos.
La Constitución de 2014 pretendía limitar los poderes presidenciales después de que las protestas de la Primavera Árabe pusieran fin a 23 años de reinado indiscutible del ex presidente Zine El Abidine Ben Ali. Fue derrocado en 2011 por una revuelta popular que desencadenó un movimiento similar en varios países de la región contra los líderes autocráticos.
La nueva carta otorga al presidente el derecho a nombrar al primer ministro y a los ministros, y a despedirlos. Limita a los presidentes a dos mandatos de cinco años.
El nuevo proyecto de constitución elimina una referencia al Islam en el artículo 1 de la antigua carta, que decía que “Túnez es un estado libre, independiente y soberano, el Islam es su religión.”
El preámbulo de la nueva versión dice que Túnez es parte integrante de la comunidad islámica y que el Estado garantiza la protección de los derechos religiosos, siempre y cuando no atenten contra la seguridad pública.
Saied y algunos otros culparon al partido islamista Ennahdha en parte por la crisis política de Túnez del año pasado. Ennahdha, que dominaba el parlamento antes de ser suspendido, se encuentra entre los críticos más acérrimos de Saied.
Al igual que la anterior, el proyecto de nueva Constitución garantiza la libertad de culto y de conciencia, así como las libertades individuales y públicas y la libertad de opinión y de los medios de comunicación.
También garantiza el derecho de huelga de los sindicatos, excepto para el ejército, la policía y los jueces y otros magistrados. Saied lleva semanas en un enfrentamiento con los funcionarios de la judicatura, que están en huelga tras la destitución de 57 jueces, algunos de los cuales están acusados de corrupción y obstrucción a la justicia.
La nueva carta también crearía una segunda cámara del parlamento, denominada “consejo nacional de regiones y distritos”, destinada a garantizar el equilibrio entre las regiones.
Si se aprueba en el referéndum del 25 de julio, la nueva constitución entraría en vigor en cuanto se anuncien los resultados de la votación.
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