El primer ministro de Líbano dijo el martes que las conversaciones de su gobierno con el Fondo Monetario Internacional se están acercando poco a poco a una “fórmula final” para un borrador de un acuerdo antes de fines de febrero.
Najib Mikati dijo que el gabinete estaba haciendo “sus deberes” antes de las conversaciones con el FMI a mediados de enero. Una delegación del FMI visitará el Líbano nuevamente a fines de enero o principios de febrero para presentar “la fórmula final del acuerdo con ellos y luego anunciaremos a los libaneses dónde estamos”, dijo Mikati.
Un acuerdo con el FMI deberá ser aprobado por el gobierno. Los profundos desacuerdos habían dividido a la delegación libanesa durante las negociaciones del año pasado con el FMI, con el gobierno de un lado y el banco central y los prestamistas locales del otro.
El Líbano está atravesando una crisis económica descrita como una de las peores del mundo en los últimos 150 años. Las instituciones financieras internacionales lo llaman una depresión deliberada, y culpan a la élite política del Líbano, en el poder durante décadas, de administrar mal los recursos del país.
Mitaki habló horas después de que el presidente Michel Aoun pidiera el fin del estancamiento del gobierno de 11 semanas que ha socavado las instituciones estatales.
El gobierno libanés no ha podido reunirse desde mediados de octubre, luego de que el grupo militante Hezbollah y sus aliados exigieran la destitución del juez principal que investigaba la explosión masiva en el puerto de Beirut el año pasado.
Hezbollah acusa al juez de parcialidad y sus aliados en el gobierno se negaron a asistir a las reuniones del gabinete hasta que el gobierno encuentre la manera de destituirlo.
Mikati dijo a los periodistas que comprende las preocupaciones de algunos libaneses con respecto a la investigación del puerto, pero que existen “marcos constitucionales y legales” para abordarla.
“El poder judicial debe estar alejado de la política”, dijo.
Mikati también dijo que el gobernador del Banco Central de Líbano, Riad Salameh, quien está siendo investigado en Suiza y Francia por posible lavado de dinero y malversación, permanecería en el cargo en este momento.
“Durante las guerras no se cambia de oficiales”, dijo Mikati, quien asumió el cargo en septiembre. A menudo ha descrito los esfuerzos por resolver la crisis económica del Líbano, la peor de su historia moderna, como una guerra.
Salameh, de 71 años, alguna vez elogiado como el guardián de la estabilidad financiera del Líbano, ha sido objeto de escrutinio desde que comenzó el colapso económico del pequeño país hace dos años.
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