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El primer recuento oficial de las elecciones nacionales celebradas en Serbia el lunes confirmó la aplastante victoria del Presidente Aleksandar Vucic y su partido populista, importantes aliados de Rusia en los volátiles Balcanes y en Europa.
Vucic obtuvo una victoria absoluta en la votación presidencial del domingo con el respaldo de alrededor del 60% de los votantes, mientras que su Partido Progresista Serbio obtuvo el 43% de las papeletas, según un recuento casi completo de las autoridades electorales estatales.
Los resultados significan que no es necesaria una segunda vuelta en las elecciones presidenciales y que el partido de Vucic podrá formar el próximo gobierno serbio en coalición con socios menores en la asamblea de 250 miembros.
El principal grupo de la oposición, Unidos por la Victoria de Serbia, quedó por detrás de los populistas en las elecciones parlamentarias, con un 13% de los votos. El candidato presidencial del grupo, Zdravko Ponos, obtuvo el 17%, según los resultados oficiales.
A pesar de estar tan lejos a nivel nacional, los grupos de la oposición parecían estar en una carrera ajustada con los populistas en la capital, Belgrado, donde todavía se están contando los votos.
Tanto los grupos de la oposición como los observadores independientes han enumerado una serie de irregularidades e incidentes, incluso violentos. Los populistas en el poder han negado la manipulación de los votos o la presión sobre los votantes.
Desde que el partido llegó al poder en 2012, Vucic ha ido tomando medidas drásticas contra los principales medios de comunicación e instituciones, asumiendo un control total a lo largo de los años. Antiguo ultranacionalista, Vucic ha sido ministro de Defensa, primer ministro y presidente.
Presentándose como un garante de la paz y la estabilidad en medio de la guerra en Ucrania, Vucic se ha negado a sumarse a las sanciones occidentales contra Rusia, a pesar de buscar formalmente la adhesión de Serbia a la Unión Europea.
Tras declarar la victoria el domingo por la noche, dijo que el nuevo gobierno se enfrentará a decisiones difíciles, pero que tratará de mantener relaciones amistosas con Rusia, un aliado eslavo históricamente cercano.
La mayoría de los partidos que se presentaron a las elecciones eran de derechas, lo que refleja el sentimiento predominantemente conservador de los 6,5 millones de votantes de Serbia. Sin embargo, por primera vez, una coalición verde-izquierda llegó al parlamento, lo que refleja el creciente interés de la población por los problemas medioambientales del país balcánico.
La participación fue de casi el 60%, superior a la de las últimas votaciones.
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