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Washington DC fue el sitio de una segunda llegada de un autobús lleno de migrantes indocumentados que aparentemente aceptaron voluntariamente ser llevados a la ciudad desde Texas el jueves.
El gobernador del estado, Greg Abbott, mantiene un duelo con la administración de Biden por sus críticas a su gestión de la inmigración ilegal. Los republicanos se han resistido a todos los esfuerzos del gobierno de Biden por hacer retroceder los recortes a las migraciones legales, así como las políticas consideradas inhumanas, y en particular exigieron que el CDC reafirmara la capacidad del Departamento de Seguridad Nacional de rechazar a los solicitantes de asilo en la frontera por motivos de Covid, una política que la mayoría coincide en que se estaba utilizando como medio general para detener las solicitudes de asilo.
Un día antes, la administración del Sr. Abbott supervisó la primera llegada de un autobús cargado de migrantes a DC, que llegó frente a la sede de varias organizaciones de medios de comunicación, incluida la derechista Fox News, que promocionó la historia como una exclusiva.
Los medios de comunicación han discutido mucho sobre la autoridad que tiene el Sr. Abbott para sacar a los inmigrantes de su estado, atravesar otros estados y llegar al Distrito de Columbia; el gobernador de Texas parece ignorar hasta ahora esas preocupaciones y seguir adelante con el plan.
La secretaria de prensa de la Casa Blanca, Jen Psaki, cuestionó anteriormente por qué el gobernador de Texas tendría la autoridad para dictar el movimiento de los migrantes indocumentados en los Estados Unidos, pero hasta ahora la administración de Biden no ha tomado medidas concretas para oponerse a sus esfuerzos.
Se cree que cada autobús cargado lleva unos 40 migrantes, según los informes de los medios de comunicación locales. No está claro si a los migrantes se les ofreció algún tipo de asistencia al llegar a DC; algunos parecían llegar en unidades familiares, mientras que otros estaban solos.
El año pasado, el presidente Joe Biden nombró a su vicepresidenta, Kamala Harris, para que dirigiera una campaña que abordara las causas fundamentales de la migración a través de Centroamérica y Sudamérica, pero hasta ahora los esfuerzos de la administración no han tenido un efecto significativo para frenar la migración hacia el norte.
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