El nuevo telescopio espacial James Webb de la NASA ha experimentado su primer gran avance, y la agencia anunció que durará “significativamente” más de lo esperado.
La previsión del lanzamiento la semana pasada, y su vuelo desde entonces, significa que tendrá suficiente combustible para “permitir el apoyo de las operaciones científicas durante significativamente más de 10 años de vida científica”, dijo la NASA. El plazo mínimo para la misión es de cinco años.
El trabajo científico del telescopio espacial está impulsado en parte por paneles solares, que la NASA dijo recientemente que se habían desplegado con éxito. Pero también se basa en un propulsor más tradicional para poder orientarse en el espacio.
La NASA dijo que el telescopio tiene suficiente propulsor de cohetes no solo para llegar a su destino final, un punto en el espacio conocido como L2, sino también para las diversas cosas que se requerirán de él durante mucho tiempo. Ese propulsor se utiliza durante la vida de la misión para lo que la NASA llama maniobras de “mantenimiento de posición”, mientras ajusta su órbita, y para otras quemaduras que mantienen a Webb en la posición correcta en el espacio.
Ha podido mantener ese propulsor adicional en gran parte debido al lanzamiento preciso del cohete Ariane 5 que lanzó el telescopio al espacio el día de Navidad. Debido a que eso y las maniobras de corrección que siguieron habían sido tan precisas, se requirió menos combustible del previsto y queda más en sus tanques.
El despliegue de la matriz solar también pudo realizarse antes de lo programado, dijo la NASA. El telescopio estaba programado para desplegarlos cuando alcanzaba un cierto ángulo hacia el Sol o después de 33 minutos, y debido a que el lanzamiento fue tan preciso, pudo apuntar en el camino correcto más rápidamente, abriéndose unos 29 minutos después del lanzamiento.
Ahora que la matriz solar está desplegada, el telescopio se moverá para desplegar las otras partes del telescopio, incluidos los espejos que le permitirán mirar profundamente en el espacio. Todo eso debe hacerse antes de que alcance su órbita final, que se espera que suceda aproximadamente un mes después del lanzamiento.
Los despliegues restantes están todos controlados por humanos, señaló la NASA, lo que significa que su tiempo u orden podría cambiar.
Cuando todo ese trabajo detallado esté completo, con todas las piezas del telescopio desplegadas y con éxito en su eventual órbita, habrá meses de trabajo para garantizar que la óptica y los instrumentos científicos estén correctamente alineados y calibrados. Después de eso, el telescopio podrá ponerse a trabajar mirando hacia las profundidades del universo, con el objetivo de explorar planetas distantes y comprender el cosmos.
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