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El ex primer ministro israelí Benjamín Netanyahu parece estar a punto de volver al poder, según los últimos sondeos a pie de urna, ya que los resultados también apuntan a que el partido de extrema derecha Sionista Religioso de Itamar Ben-Gvir se convertirá en el tercero más grande del parlamento israelí.
Con cerca del 85% de los votos escrutados, el partido Likud de Netanyahu, con la ayuda de sus aliados de derechas, incluido Ben-Gvir, parece que va a conseguir una pequeña mayoría en la Knesset de 120 escaños.
“Estamos a punto de conseguir una gran victoria”, dijo Netanyahu, de 73 años, a sus partidarios en una reunión en Jerusalén el miércoles. “Estableceré un gobierno nacionalista que atenderá a todos los ciudadanos israelíes sin excepciones”.
Su rival de siempre, el actual primer ministro Yair Lapid del partido centrista Yesh Atid, se predijo que ganaría 24 escaños, con su campo en 54 escaños en general. El partido Sionista Religioso va camino de obtener 14 escaños.
Los resultados finales se esperan para el viernes.
Los cientos de miles de papeletas restantes -en su mayoría de personas que votaron fuera de su lugar de residencia habitual- tienen que ser cotejadas para comprobar su exactitud, un esfuerzo que lleva más tiempo. Podrían dar un impulso a los opositores de Netanyahu, reduciendo el tamaño de cualquier mayoría potencial.
Con la previsión de que Netanyahu y sus aliados obtengan más de la mayoría de 61 escaños necesaria para formar gobierno, la prolongada crisis política del país podría estar llegando a su fin, aunque Israel sigue tan dividido como siempre, como demuestra el ascenso del Sr. Gvir y su antiguo partido.
Fue miembro de Kach, un grupo incluido en las listas de terroristas de Israel y Estados Unidos.
El Sr. Ben Gvir es un discípulo de Meir Kahane, fundador del partido Kach y de la Liga de Defensa Judía (JDL). Al igual que el Sr. Kahane, que fue asesinado en Nueva York en 1990 y considerado un paria, el líder sionista religioso ha adoptado opiniones extremas contra quienes considera desleales al Estado israelí.
En caso de que Netanyahu no consiga la mayoría parlamentaria, el partido de Ben Gvir sería probablemente el primero en la línea de sucesión de la coalición y sembraría uno de los gobiernos más derechistas de la historia de Israel.
En una reunión de campaña celebrada en Jerusalén, los hombres que llevaban casquetes judíos y ondeaban banderas israelíes bailaron para celebrar la elección. En la celebración, los partidarios de Ben-Gvir corearon “muerte a los terroristas”.
El líder religioso zinonista se ha convertido rápidamente en uno de los políticos más populares de Israel gracias a sus frecuentes apariciones en los medios de comunicación y a sus llamamientos a una línea más dura contra los palestinos. Los jóvenes ultraortodoxos se encuentran entre sus más firmes partidarios.
Ben-Gvir vive en el asentamiento de línea dura de Kiryat Arba, en Cisjordania, y es un firme defensor de la construcción de asentamientos. Ha descrito a sus colegas árabes en el parlamento como “terroristas”, ha llamado a deportar a los que son “desleales” y recientemente blandió una pistola en un tenso barrio palestino de Jerusalén mientras pedía a la policía que disparara a los palestinos que tiraban piedras.
“Queremos hacer una separación total entre los que son leales al Estado de Israel -y no tenemos ningún problema con ellos- y los que socavan nuestro querido país”, dijo.
Muhammad Shtayyeh, el primer ministro palestino, describió el ascenso de la extrema derecha israelí como “un resultado natural de las crecientes manifestaciones de extremismo y racismo en la sociedad israelí”.
Los israelíes votaron en las quintas elecciones del país en menos de cuatro años, con la esperanza de romper el estancamiento político que ha paralizado el país.
Netanyahu ha sido el primer ministro más longevo de Israel, gobernando durante 12 años consecutivos antes de ser destituido el año pasado por Lapid, que pasó a liderar un improbable mosaico de partidos centristas y árabes, que discrepan en la mayoría de los temas, desde la ocupación israelí hasta los derechos LGBT+.
El Sr. Lapid, dirigiéndose a sus partidarios a primera hora del miércoles, insistió en que la carrera aún no había terminado. “Hasta que no se cuente el último sobre, nada ha terminado y nada es definitivo”, dijo.
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