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Una empleada de 25 años de la Universidad de Stanford fue arrestada el miércoles y acusada de delito grave de perjurio por supuestamente mentir sobre haber sido violada dos veces el año pasado en el campus, dijeron las autoridades.
Jennifer Ann Gries, de Santa Clara, denunció por primera vez un falso ataque sexual en agosto, cuando le dijo a una enfermera del Centro Médico Valley en San José que un hombre la agarró mientras estaba en un estacionamiento del campus, la arrastró a un baño y la agredió sexualmente, dijo la oficina del Fiscal de Distrito del Condado de Santa Clara.
En octubre fue al Hospital de Stanford para someterse a otro examen de violación y le dijo a la enfermera que la realizaba que volvía a su oficina después de comer cuando un hombre la agarró del brazo, la obligó a entrar en un armario del sótano y la violó, dijeron los fiscales. Una vez más se negó a hablar con la policía, dijeron.
Ambos kits de examen de asalto sexual de Gries fueron analizados rápidamente “dado el riesgo extremo para la seguridad pública de un potencial delincuente sexual”, dijeron los fiscales, y agregó que los resultados de laboratorio “no eran consistentes con su historia.”
En ambas ocasiones firmó un formulario de consentimiento reconociendo que la enfermera era una informadora obligatoria que debía informar a las fuerzas de seguridad del ataque y firmó formularios para obtener fondos públicos, dijeron los fiscales.
En enero, durante una entrevista con un investigador de la Oficina del Fiscal del Distrito, se dice que Gries admitió haber mentido sobre las violaciones y escribió una carta de disculpa al hombre que fue objeto de sus acusaciones.
“Declaró que estaba molesta con la víctima porque sentía que le había dado ‘falsas intenciones’ y había puesto a sus amigos en su contra”, dijeron los fiscales.
Gries fue acusada de dos cargos de delito grave de perjurio y dos cargos de delito menor de hacer un informe de delito falso a las enfermeras en dos hospitales diferentes, dijeron los fiscales. No se supo de inmediato si tenía un abogado que pudiera hablar en su nombre.
En un comunicado, Stanford dijo que Gries fue puesta en licencia y que la universidad “revisará su empleo.”
“Estos informes falsos son perjudiciales, tanto para los verdaderos sobrevivientes de agresión sexual como para los miembros de nuestra comunidad que experimentaron miedo y alarma por los informes”, dijo la universidad, al tiempo que agregó que los informes falsos en casos de agresión sexual son raros.
El fiscal de distrito del condado de Santa Clara, Jeff Rosen, calificó las supuestas denuncias falsas de violación como “un delito raro y profundamente destructivo” y dijo que lo sentía por aquellos que son falsamente acusados, por los estudiantes que tuvieron que mirar por encima del hombro y por las “víctimas legítimas de agresión sexual que se preguntan si se les creerá.”
Las denuncias de violación llevaron a la policía de la Universidad de Stanford a emitir alertas electrónicas en todo el campus, lo que provocó un temor generalizado y una protesta en octubre de cientos de estudiantes que marcharon para exigir a las autoridades universitarias que hicieran más para proteger a los estudiantes.
Los investigadores también descubrieron que Gries había presentado una denuncia por acoso sexual en marzo de 2022 contra un compañero de trabajo masculino ante el departamento de recursos humanos de la universidad, que determinó que la acusación era infundada, dijeron los fiscales. El compañero de trabajo encajaba con la descripción que Gries dio a las enfermeras a las que denunció las violaciones, dijeron.
Gries aparece en el sitio web de la universidad como Supervisor del Centro de Servicios de Alojamiento.
En 2016, la universidad estuvo en el centro de atención nacional después de que se hiciera viral la emotiva declaración de impacto de víctima de Chanel Miller, que fue agredida sexualmente en el campus por el atleta de Stanford Brock Turner. Turner, un nadador estrella, recibió una sentencia infame de seis meses por agredir sexualmente a una Miller inconsciente el año anterior.
El juez Aaron Persky, que impuso la sentencia, fue destituido por los votantes en 2018, el primer juez destituido en California desde 1932.
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