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Uno de los reclusos que había presentado una demanda contra las autoridades de la cárcel alegando que habían sido torturados utilizando la canción “Baby shark” en 2019, ha muerto en la cárcel del condado de Oklahoma.
En noviembre, una demanda federal de derechos civiles presentada por un grupo de presos preventivos que estuvieron en el Centro de Detención del Condado de Oklahoma en 2019, alegó que la canción se utilizó como táctica de “tortura” contra los reclusos.
Los documentos del tribunal dicen que un recluso, Joseph Mitchell, fue sacado de su celda a las 23:45 horas del 30 de noviembre de 2019 por los funcionarios, que lo colocaron en una habitación en una “posición de estrés de pie” durante cuatro horas.
Los agentes están acusados de poner la popular canción infantil en bucle, según la demanda.
“Mitchell fue obligado a escuchar la canción una y otra vez mientras estaba físicamente inmovilizado en la sala de visitas del abogado. El volumen de la canción era tan alto que reverberaba por los pasillos”, decían los papeles.
La demanda también alegaba el uso de fuerza excesiva y nombraba al sheriff del condado de Oklahoma, Tommie Johnson III, a la junta de comisionados del condado, al fideicomiso de la cárcel y a dos antiguos funcionarios de la cárcel.
El domingo por la mañana, John Basco, de 48 años, uno de los demandantes en el caso, fue encontrado sin respuesta en su celda, dijeron los funcionarios del Centro de Detención del Condado de Oklahoma en un comunicado de prensa.
La cárcel añadió que fue declarado muerto después de que los trabajadores iniciaran los esfuerzos para salvarle la vida.
“Una de las posibilidades que se está investigando es que haya sido una sobredosis de drogas”, dijo Mark Opgrande, director de comunicaciones de la cárcel, a The Oklahoman.
La muerte de Basco es la decimocuarta de este año en la cárcel, que se ha enfrentado a críticas por la muerte de reclusos, fugas y otros incidentes.
El centro también ha sido objeto de escrutinio por el hacinamiento, las malas condiciones de vida, los problemas de personal y las frecuentes muertes.
Antes de la muerte de Basco, otro recluso, Danny Paulin, de 52 años, murió por suicidio el 19 de agosto.
El 31 de julio, Robert Richards, de 50 años, también fue encontrado sin respuesta en su celda.
El abogado de Basco ha declarado que su muerte le parece “preocupante” y ha pedido que se conserven todas las pruebas mientras continúa la investigación.
“Estoy realmente molesto por esto”, dijo el Sr. Cameron Spradling.
“Una de las víctimas de ‘Baby Shark’ está convenientemente muerta a los tres días de su llegada a la cárcel. ¿Cómo puede ocurrir eso? El fiscal David Prater acaba de perder a uno de sus testigos para el próximo juicio penal. Para mí, este no pasa la prueba del olfato”, dijo.
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