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La mayoría de los estadounidenses dicen que no culpan al presidente Joe Biden por los altos precios de la gasolina, pero dan una baja calificación a su liderazgo económico en medio de los temores de inflación y un profundo pesimismo sobre las condiciones económicas.
Alrededor de 7 de cada 10 estadounidenses dicen que la economía del país está en mal estado, y cerca de dos tercios desaprueban el manejo de la economía por parte de Biden, según una nueva encuesta de The Associated Press-NORC Center for Public Affairs Research. Además, los estadounidenses son más propensos a decir que sus políticas han perjudicado la economía que la han ayudado.
Sin embargo, menos de la mitad dice que el aumento del precio de la gasolina es culpa de Biden, un reflejo de cómo el país está procesando la invasión de Ucrania por parte del presidente ruso Vladimir Putin y el consiguiente aumento del coste del petróleo.
Los sondeos apuntan a una paradoja en la que el público considera que Biden está en el poder sin tener necesariamente el control. Sus esperanzas de un renacimiento económico duradero se han desvanecido a medida que los estadounidenses se enfrentan al aumento de los costes de los alimentos y la energía. Y la promesa de un país que ya no está bajo el dominio de la pandemia ha sido suplantada por la incertidumbre de la guerra en Europa.
“Va a empeorar antes de mejorar”, dijo Adam Newago, de 53 años, camionero de Eau Claire, Wisconsin. Considera que la inflación se dispara con el aumento de los precios del combustible, que incrementa los costes del transporte marítimo y, en última instancia, eleva los precios en toda la economía.
Newago dijo que votó a regañadientes por el presidente Donald Trump en 2020, mientras que su esposa votó por Biden. Considera que la inflación en un máximo de 40 años y la retirada de las tropas estadounidenses de Afganistán han llevado a un “desastre.”
En general, el 65% de los estadounidenses desaprueba la gestión de Biden de la economía del país, incluyendo el 96% de los republicanos y el 36% de los demócratas. El porcentaje global que dice que lo desaprueba es superior al 57% de diciembre de 2021 y al 47% del pasado julio.
Los precios de la gasolina se sitúan por encima de otros tipos de inflación cuando se trata de las preocupaciones de los estadounidenses de a pie sobre el impacto de los aumentos de precios en sus resultados. El 68% de los encuestados se mostró muy preocupado por los precios de la gasolina, mientras que el 59% expresó el mismo grado de preocupación por el aumento de los precios de los alimentos.
Los precios de la gasolina eran altos antes de que Putin empezara a acumular fuerzas en la frontera ucraniana, pero han subido desde el inicio de la guerra sin que se produzca una gran cantidad de petróleo adicional que llegue al mercado.
Tammy Baca, de 52 años, que trabaja en el sector de la educación en Fort Worth, Texas, dijo que los precios en el surtidor están en función de la geopolítica.
“Van a tener que sufrir, ¿sabes?”, dijo Baca, una demócrata. “Es casi como si estuviéramos arrimando el hombro en tiempos de guerra, sin siquiera estar en guerra”.
Muchos estadounidenses están de acuerdo, ya que el 55% dice que es más prioritario para Estados Unidos sancionar efectivamente a Rusia que limitar el daño a la economía estadounidense.
La vivienda es el gasto dominante en la medida de la inflación del gobierno, pero menos de la mitad de los estadounidenses -el 40%- dicen estar muy preocupados porque los costes de la vivienda, más altos de lo habitual, afecten a la economía de sus hogares. Otro 24% está algo preocupado.
El 53% de los estadounidenses también dice estar muy preocupado por el aumento de los precios de otros bienes y servicios.
En general, los estadounidenses son más propensos a decir que los precios más altos de la gasolina se deben más a factores ajenos a Biden que a las políticas de Biden, 55% a 44%.
Aun así, son más los que piensan que las políticas de Biden están perjudicando a la economía que ayudándola, un 48% frente a un 24%. Otro 28% dice que no han hecho mucha diferencia. El rechazo se produce después de que Biden dirigiera un paquete de ayuda contra el coronavirus de 1,9 billones de dólares y un paquete de infraestructuras de 1 billón de dólares a través del Congreso, aunque su programa sobre equidad económica y energía limpia se estancó en el Congreso el pasado diciembre.
Para Jennifer Smith, el paquete de ayuda fue un salvavidas financiero. La mujer de 50 años vive de la discapacidad y vive con su hija en Zanesville, Ohio. Smith votó por Trump en 2020, pero no le gustó el asalto al Capitolio de Estados Unidos del 6 de enero de 2020. Ella no sólo recibió un pago directo del gobierno, sino 250 dólares mensuales en el crédito fiscal ampliado para niños, ambos han desaparecido mientras que la inflación se ha mantenido.
“Sé que parece una locura, pero estoy encantada de poder pagar las facturas”, dijo Smith. “Con la situación actual, no puedo sin pedir prestado, robando a Pedro para pagar a Pablo”.
El 88% de los demócratas dicen que los altos precios de la gasolina están fuera del control de Biden, mientras que el 79% de los republicanos culpan específicamente a sus políticas, que muchos dijeron en entrevistas de seguimiento que limitaron la producción de energía de Estados Unidos. La mayoría de los republicanos dicen que las políticas de Biden están perjudicando a la economía, pero entre los demócratas, el 45% diceque están ayudando y el 39% dice que no están haciendo mucha diferencia.
La encuesta sugiere que el apoyo entre los demócratas al liderazgo económico de Biden es decididamente tibio, especialmente entre los menores de 45 años. Esa es una diferencia significativa con respecto a la lealtad que el GOP expresó por Trump – que en marzo de 2018 disfrutó de una aprobación del 84% sobre la economía de sus compañeros republicanos.
En otra señal de cómo el partidismo está dando forma a las opiniones sobre la economía y la inflación, los republicanos son más propensos que los demócratas a decir que están muy preocupados por el impacto en sus hogares de los precios más altos de la gasolina, los comestibles, la vivienda y otros bienes y servicios.
En general, el 69% de los estadounidenses dice que la economía del país está en mal estado, frente al 31% que dice que está bien. El porcentaje que dice que la economía es mala ha subido ligeramente desde el 64% de diciembre. Sin embargo, el 63% considera que su situación financiera personal es buena, una cifra que se ha mantenido notablemente estable desde antes de la pandemia del COVID-19.
En cuanto a Biden, sus partidarios dicen que se ha visto frenado por el Congreso y por los retos creados por las interrupciones y crisis que forman parte de la presidencia de Estados Unidos.
Mary Payne, de 75 años, enfermera en California, dijo que no diría que el desempeño de Biden ha sido “excelente”, aunque ha sido “bueno” y “probablemente justo”. Dijo que se opuso a Trump en 2020 y que ve a los republicanos ahora mismo como obstruccionistas.
“No sé cuántos obstáculos se le ponen para que haga lo que quiere”, dijo Payne. “Creo que el corazón está ahí. Creo que le importa”.
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La reportera de encuestas de Associated Press, Hannah Fingerhut, contribuyó.
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La encuesta de AP-NORC, realizada a 1.082 adultos, se llevó a cabo del 17 al 21 de marzo utilizando una muestra extraída del panel AmeriSpeak de NORC, basado en la probabilidad y diseñado para ser representativo de la población estadounidense. El margen de error de muestreo para todos los encuestados es de más o menos 4,0 puntos porcentuales.
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