Se quedó allí en todo su esplendor.
A fines del año pasado se inauguró un símbolo de fertilidad de fibra de vidrio de 2,7 metros (nueve pies), completo con un falo de 1,5 metros (cinco pies). Representa a un hombre indígena sonriente que representa una vasija de cerámica de la cultura Mochica precolombina de Perú.
Se había instalado en el distrito de Moche, en la costa norte del Perú, epicentro de la antigua civilización Mochica, que existió entre los años 150 y 700 d.C.
Los Mochica eran conocidos por sus grandes cerámicas hechas por artesanos. La alfarería representaba tradicionalmente, entre otras cosas, escenas de caza, guerra o sexo.
En solo unos días, la estatua atrajo rápidamente a los turistas que se dirigían a los grandes templos del Sol y la Luna “Huacas” creados por el pueblo Mochica. Muchos posaron para selfies con el pene enorme.
“Representa abundancia… fertilidad… y sobre todo porque, en estos tiempos, necesitamos abundancia en todos los sentidos, en la salud, la economía, la paz y el amor”, dijo el alcalde del pueblo, Arturo Fernández Bazán, ginecólogo de profesión. EFE sitio de noticias.
La afluencia de turistas al sitio, en las afueras de la ciudad capital del distrito de Trujillo, “superó nuestras expectativas”, agregó.
Pero parece que no todo el mundo estaba satisfecho con la llamativa incorporación a la ruta turística local.
Los vándalos esta semana hicieron un agujero en el enorme miembro y dispararon al aire mientras huían del sitio, según los medios locales.
Bazán dijo: “A las dos de la mañana, tres delincuentes encapuchados pusieron un cuchillo en el cuello del guardia de seguridad para evitar que reaccionara o llamara a sus colegas por radio, y dos de ellos dañaron el falo”.
Acusó a un partido político rival de estar detrás del ataque a la estatua.
En desafío, Bazán dijo que se construirían otras 30 estatuas de Mochica, incluidas hasta nueve que serían actos de parto.
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