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El candidato presidencial de extrema derecha francés, Eric Zemmour, ha sido multado con 10.000 euros (8.350 libras esterlinas) por incitar al odio racial llamando a los niños migrantes “ladrones, violadores y asesinos”.
El excomentarista político de 63 años no estuvo presente en el tribunal penal de París el lunes cuando se dictó el veredicto.
Los jueces dijeron que se arriesgaba a una sentencia de prisión si no pagaba la multa. Zemmour dijo que apelaría el fallo.
Su abogado, Olivier Pardo, dijo que el candidato presidencial no asistiría a la corte “para evitar que el recinto judicial se convierta en un estudio de noticias de televisión sin parar”.
Zemmour, que tiene dos condenas previas por cargos similares, actualmente está detrás del presidente Emmanuel Macron y Marine Le Pen del Partido Nacional de extrema derecha, así como de Valerie Pecresse, la candidata republicana, para las elecciones de abril.
El caso judicial se centró en la aparición de Zemmour en un debate en vivo para el canal de televisión CNews en septiembre de 2020.
Le dijo al programa que había demasiados niños migrantes no acompañados de países de mayoría musulmana en Francia.
“Todos estos jóvenes son de origen inmigrante. No tienen lugar aquí”, dijo Zemmour durante el debate.
“Son ladrones, son asesinos, son violadores, eso es todo lo que son, todos deben ser devueltos y, en primer lugar, no deberían venir”.
Llovieron las quejas, incluso de numerosas autoridades locales en Francia que están encargadas de cuidar a los niños migrantes.
Zemmour ha negado haber actuado mal y dijo que mantiene sus comentarios, mientras que Pardo argumentó que el juicio se había politizado debido a las ambiciones presidenciales de su cliente.
El agitador de extrema derecha fue condenado por primera vez por provocar el odio racial en febrero de 2011 y luego fue declarado culpable de incitar al odio religioso en junio de 2017.
Zemmour ha atraído audiencias fervientes con sus diatribas contra los musulmanes, los negros y cualquier otra persona de origen inmigrante. También ha sido acusado de antisemitismo virulento tras negar -contra la evidencia histórica- que los franceses colaboraron con los nazis durante el Holocausto.
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