A miles de kilómetros de distancia de donde los atletas de talla mundial acaban de competir en los Juegos de Invierno, otra hazaña olímpica se prepara para ponerse en marcha.
No se trata de nada de esquí, trineo o patinaje sobre hielo en la competición de Pekín, sino de la plantación de cientos de miles de nuevos árboles en África.
El Comité Olímpico Internacional (COI) dice que tiene previsto plantar un “bosque olímpico” en 90 pueblos de Malí y Senegal para reducir su huella de carbono.
Se calcula que el plan permitirá absorber 200.000 toneladas de dióxido de carbono del aire.
Pero aunque sus credenciales de compensación suenan impresionantes, los expertos en clima tienen dudas sobre su eficacia a largo plazo
“Plantar árboles no detendrá el calentamiento global, sólo lo hará la descarbonización de la economía”, afirma.
El verano pasado se anunciaron los planes para el Bosque Olímpico, que se anunció que eliminaría una cantidad de dióxido de carbono del aire superior a la huella de carbono del comité para 2021 y 2024.
Se dijo que se llevaría a cabo un trabajo -como hablar con las comunidades locales sobre las necesidades e identificar las áreas para el proyecto- antes de plantar 355.000 árboles en el espacio de seis meses este año.
“Tener que hacer todo eso y plantar los árboles reales en abril y septiembre de 2022 es un periodo de tiempo ridículamente corto”, afirma el profesor Lukac. “Normalmente se tarda entre uno y dos años en producir plántulas en un vivero existente”.
Y añade: “Los indicios apuntan a que se trata de una solución rápida que tendrá una vida muy corta, lo cual es una pena. Si se hace bien, la plantación tendría muchas posibilidades de aportar muchos de los beneficios mencionados por el COI.”
Al anunciar el plan, el comité afirma que la plantación de árboles contribuirá a aumentar la seguridad alimentaria y económica de la comunidad local.
“El COI trabajará codo con codo con las comunidades locales para garantizar que el Bosque Olímpico genere diversos beneficios sociales, económicos y medioambientales en una zona que ha experimentado un aumento de las sequías y las inundaciones, lo que ha provocado una degradación constante de la tierra y de las fuentes de alimentos”, se afirma.
Dr. Euan Bowditch, investigador forestal de la Universidad de las Tierras Altas y las Islas, está de acuerdo en que la idea es “estupenda” en principio, ya que ayudará a mantener los medios de vida gracias a los nuevos recursos que aportará a las comunidades, como los alimentos y los productos madereros.
El proyecto se inscribe en el marco de la Gran Muralla Verde, cuyo objetivo es hacer crecer la naturaleza a lo largo y ancho de África.
Pero en cuanto a sus credenciales climáticas, dice: “Creo que la compensación mediante la plantación de árboles puede desviar la atención de la actividad que debería ir a abordar las emisiones directamente en la fuente”.
El COI afirma que el plan de plantación de árboles compensará más del 100% de sus emisiones residuales y que ayudará al comité a ser “positivo para el clima” en 2024, es decir, que la cantidad de carbono que elimine del aire supere las posibles emisiones de sus operaciones.
Pero los expertos dicen que puede ser mucho más lejos en el futuro hasta que el Bosque Olímpico tenga este efecto deseado.
Aun así, dice: “Nuestras emisiones globales son demasiado elevadas y una compensación como ésta no puede evitar por sí sola el perjudicial cambio climático,.”
El COI dice que su Bosque Olímpico se hará además de reducir las emisiones -con un objetivo de reducción del 45% para el final de la década- para compensar el 100% de las residuales.
Se ha contactado con el comité para que haga sus comentarios.
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