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Antiguos compañeros de clase del tirador de la escuela de Parkland, Nikolas Cruz, hicieron impactantes declaraciones durante su último día de sentencia.
En un testimonio desgarrador que profundiza en sus luchas con el TEPT, la depresión y la ansiedad después de la masacre, la sobreviviente Samantha Fuentes dijo que no sólo lucha con la ideación suicida, sino que también “vive con el miedo constante de alguien exactamente como [Cruz] termine el trabajo que no hizo al no matarme”.
“Éramos niños en aquel entonces, todavía era una niña cuando te vi asomarte a través de la ventana en mi clase de estudio del Holocausto, sosteniendo tu AR-15”, dijo con valentía la Sra. Fuentes, que compartió clase con Cruz cuando era estudiante en la escuela secundaria Stoneman Douglas. “Todavía era una niña cuando te vi matar a dos de mis amigos. Me disparaste en la pierna y si me miraras a la cara, verías las cicatrices de la dura metralla que se clavó en ella.”
La Sra. Fuentes recordó cómo sus amigos habían intentado hacerse amigos de Cruz, a quien describió como un “fanático odioso con complejo de Dios” incluso antes de que se desencadenara la violencia el 14 de febrero de 2018. También censuró que la defensa lo retratara como un “adulto indefenso, vulnerable y aburrido.”
“Ahora no eres nadie, no eres especial. Ya no tienes el poder”, dijo la Sra. Fuentes. “Tendrás la existencia más anodina y patética, una en la que rezo para que sufras”.
La Sra. Fuentes dijo que en lugar de trabajar sus problemas y tomar el apoyo que le habían ofrecido la escuela y los estudiantes, Cruz había optado por “hacer un berrinche de tamaño letal y tremendo como el niño patético que eres.”
“Ya no tienes poder. No tienes futuro. No tienes nada”, dijo la Sra. Funtes. “La gente que mataste, tendrá más legado que tú. Sin tu estúpida arma, no eres nada”.
Victoria González, la novia de la víctima Joaquín Oliver, también habló del trauma que arrastra tras el tiroteo, diciendo que una vez compartió clase con Cruz y que “arropó” al asesino confeso, que tuvo un bajo rendimiento académico.
“Joaquín me quería. Por todos mis defectos. Por todo. Vio la capacidad de crecer. Vio la luz que brillaba a través de las grietas”, dijo la Sra. González, mientras llevaba una camiseta que llevaba Oliver el día antes de su muerte, en la que se leía ominosamente: “Tú, con balas. Yo, con pelotas”, en español.
Continuó: “Lamento que nunca hayas visto el amor que el mundo es capaz de dar… Te hubiera deseado el amor que yo experimenté antes de que me llevaras a la experiencia de estar sentada en esta sala escuchando al médico forense decirme que la cabeza de mi mejor amigo sólo se mantenía unida por la piel del cuero cabelludo después de que acabaras con él.”
Cruz será sentenciado formalmente el miércoles, después de dos días de testimonio desgarrador de los sobrevivientes y seres queridos de las víctimas asesinadas por Cruz.
Pasará el resto de sus años entre rejas tras ser formalmente condenado a cadena perpetua sin posibilidad de libertad condicional por el asesinato en masa de 14 estudiantes y tres miembros del personal de la escuela.
El 13 de octubre, un jurado de 12 personas recomendó que Cruz se enfrentara a una sentencia de cadena perpetua en lugar de la pena de muerte por el tiroteo masivo del Día de San Valentín de 2018, en una medida que conmocionó a muchos y horrorizó a las familias de las víctimas.
Los miembros del jurado consideraron que los factores agravantes “especialmente atroces” necesarios para llegar a un veredicto de muerte habían sido probados por los fiscales durante el juicio.
Según la ley de Florida, los jurados deben ser unánimes cuando emiten un veredicto de muerte. Si el panel de 12 personas hubiera recomendado una sentencia de muerte, la decisión final habría recaído en el juez para que estuviera de acuerdo con su recomendación u optara por condenarlo a cadena perpetua.
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