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Las revelaciones de un vacío de aproximadamente ocho horas en los registros oficiales de las llamadas telefónicas del entonces presidente Donald Trump el día de la insurrección del año pasado en el Capitolio de Estados Unidos están planteando nuevas preguntas sobre la diligencia -o la falta de ella- del mantenimiento de registros del ex presidente.
El comité que investiga la revuelta del 6 de enero de 2021 ha identificado una brecha en los registros que se extiende desde un poco después de las 11 de la mañana hasta aproximadamente las 7 de la tarde de ese día, y que involucra las llamadas de la Casa Blanca, según dos personas familiarizadas con el asunto.
Trump no comentó inmediatamente el martes, pero la atención que rodea a la brecha viene junto a un potencial dolor de cabeza legal y político separado para el ex presidente: la recuperación a principios de este año de 15 cajas, incluyendo registros que contienen información clasificada del mandato de Trump en la Casa Blanca, de su casa de vacaciones de Mar-a-Lago en Florida.
Una mirada a cómo la ley considera los registros presidenciales:
¿QUÉ ES LA LEY DE REGISTROS PRESIDENCIALES?
La ley de 1978 exige la conservación de los documentos de la Casa Blanca como propiedad del gobierno de los Estados Unidos.
La ley se aprobó tras el escándalo del Watergate, cuando una colección de cintas secretas que el presidente Richard Nixon había considerado destruir desempeñó un papel decisivo. Las cintas revelaron que Nixon trató de encubrir el robo frustrado de la sede del Comité Nacional Demócrata. Optó por dimitir en lugar de enfrentarse a un juicio político y a la destitución de su cargo.
¿CÓMO PODRÍA APLICARSE ESTO AQUÍ?
En teoría, la ley exigiría la conservación de los correos electrónicos, los mensajes de texto y los registros telefónicos, sin importar el dispositivo utilizado para la comunicación, dijo el historiador presidencial Lindsay Chervinsky.
El problema es que no existe un mecanismo real para hacer cumplir la ley, que por definición depende de la buena voluntad de los presidentes y su personal para vigilar su propio mantenimiento de registros.
“Requiere un cierto elemento de buena fe y una especie de sistema de honor, y cuando eso se desmorona, se pueden ver las limitaciones”, dijo Chervinsky.
Aun así, el comité del 6 de enero está investigando la brecha mientras trabaja para reconstruir las comunicaciones de Trump antes y durante la insurrección, cuando los alborotadores pro-Trump asaltaron el Capitolio de Estados Unidos para evitar que el Congreso certificara los resultados de las elecciones presidenciales de 2020.
Los investigadores de la Cámara de Representantes están analizando si el presidente se comunicaba durante ese tiempo a través de otros medios, posiblemente a través de teléfonos móviles personales o algún otro tipo de comunicación -como un teléfono que le pasó un ayudante-.
¿HA ENFRENTADO TRUMP ATENCIÓN PREVIA SOBRE SU MANTENIMIENTO DE REGISTROS?
En una palabra, sí. Después de que se revelara que Trump había llevado cajas de material clasificado a Mar-a-Lago, los legisladores de la Cámara de Representantes abrieron una investigación y la Administración Nacional de Archivos y Registros supuestamente pidió al Departamento de Justicia que investigara el asunto.
Preguntado por el asunto, el fiscal general Merrick Garland sólo ha dicho que el Departamento de Justicia hará lo que siempre hace: evaluar los hechos y la ley “y partir de ahí.”
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El escritor de Associated Press Chris Megerian contribuyó a este informe.
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