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China advierte que responderá con fuerza si la presidenta de la Cámara de Representantes de Estados Unidos, Nancy Pelosi, realiza una visita a Taiwán, la democracia insular autónoma que reclama como territorio propio.
Pelosi es la segunda en la línea de sucesión a la presidencia y sería la política estadounidense de mayor rango en visitar Taiwán desde 1997. China ha amenazado con “medidas firmes y decididas” no especificadas si ella sigue adelante, lo que, según los analistas, podría provocar un aumento de las tensiones en el estrecho de Taiwán, considerado un importante polvorín asiático en potencia.
He aquí un vistazo a lo que está sucediendo.
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¿POR QUÉ PELOSI QUIERE VISITAR TAIWAN?
Pelosi ha sido una crítica acérrima de China a lo largo de sus más de tres décadas en el Congreso, y en una ocasión desplegó una pancarta en la plaza de Tiananmen de Pekín en recuerdo de los muertos en la sangrienta represión de los manifestantes prodemocráticos en 1989. También fue una firme defensora de las protestas prodemocráticas de 2019 en Hong Kong, lo que la convirtió en blanco de cáusticas críticas por parte de Pekín.
Taiwán goza de un fuerte apoyo bipartidista en el Congreso, y Pelosi dijo la semana pasada que era “importante que mostremos nuestro apoyo a Taiwán.” La presidenta de Taiwán, Tsai Ing-wen, ha desafiado las amenazas de Pekín y su administración ha favorecido los valores democráticos fundamentales y las políticas liberales cercanas al corazón de Pelosi, incluyendo el matrimonio entre personas del mismo sexo y una fuerte red de seguridad social.
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¿POR QUÉ LA VISITA PROVOCARÍA UN AUMENTO DE LAS TENSIONES?
China reclama Taiwán como territorio propio para anexionarlo por la fuerza si es necesario, y su aumento militar en los últimos años se ha orientado en gran medida hacia esa misión.
Pekín se opone a todo contacto oficial entre Taipei y Washington, y amenaza habitualmente con tomar represalias. Esta vez, lo que está en juego parece ser mayor. China lanzó ejercicios militares y disparó misiles en aguas cercanas a Taiwán en respuesta a una visita a Estados Unidos en 1995 del entonces presidente de Taiwán, Lee Teng-hui, pero sus capacidades militares han avanzado enormemente desde entonces.
Aunque los expertos afirman que es poco probable que China utilice la fuerza para impedir que el avión del gobierno estadounidense de Pelosi aterrice en Taipei, su respuesta sigue siendo imprevisible. La amenaza de simulacros militares y las incursiones de barcos y aviones se consideran escenarios potenciales que pondrían en vilo a toda la región.
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¿POR QUÉ ES SENSIBLE EL MOMENTO?
La administración del presidente Joe Biden está interesada en mantener la crucial, pero a menudo turbulenta y altamente compleja relación de Estados Unidos con China en un tono parejo.
Pelosi tenía previsto realizar una visita en abril, pero la pospuso tras recibir la COVID-19. Se ha negado a hablar de sus planes de viajar a Taiwán en las próximas semanas. Esto podría coincidir con las celebraciones en China del 1 de agosto del aniversario de la fundación del Ejército Popular de Liberación, el ala militar del Partido Comunista en el poder, y posiblemente coincidir con una llamada telefónica prevista entre Biden y el presidente Xi Jinping.
Una respuesta más contundente por parte de China también podría estar motivada por el deseo de Xi de reforzar sus credenciales nacionalistas de cara al congreso del partido que se celebrará a finales de este año y en el que se espera que busque un tercer mandato de cinco años. La expansión de los poderes de Xi en todas las esferas y su respuesta de línea dura a la epidemia doméstica han sembrado un grado de resentimiento y apelar al patriotismo crudo, particularmente sobre Taiwán, podría ayudarle a defenderse de las críticas.
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¿CUÁL ES LA ACTITUD DE TAIWÁN ANTE UNA VISITA?
Tsai ha dado la bienvenida a todos los dignatarios extranjeros, en activo o retirados, de Estados Unidos, Europa y Asia, utilizando estas visitas como baluarte contra la negativa de China a tratar con su gobierno y su implacable campaña de aislamiento diplomático. Sin embargo, su retórica en estas ocasiones ha sido relativamente discreta, reflejando su propia conducta tranquila y posiblemente un deseo de no enemistarse aún más con China, que sigue siendo un socio económico crucial, con alrededor de un millón de taiwaneses que residen en la China continental.
La capital, Taipei, realizó un simulacro de defensa civil el lunes y Tsai asistió el martes a los ejercicios militares anuales, aunque no hubo ninguna relación directa con las tensiones por una posible visita de Pelosi. Aunque la opinión pública taiwanesa rechaza enérgicamente las demandas de unificación de China, la capacidad del ejército de la isla para defenderse del EPL sin la ayuda de Estados Unidos es muy cuestionable, por lo que reforzar las fuerzas armadas ha sido una de las señas de identidad del mandato de Tsai.
El martes, durante los ejercicios, el portavoz del Ministerio de Defensa, Sun Li-fang, dijo que los militares estaban vigilando todos los movimientos de los buques de guerra y aviones chinos alrededor de la isla. “Al mismo tiempo, tenemos la confianza y la capacidad de garantizar la seguridad de nuestro país”, dijo Sundijo.
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