China ha calificado de inquietantes los informes y las imágenes de las matanzas de civiles en Ucrania, y ha instado a que se investiguen más a fondo, aunque ha declinado culpar a Rusia. Esto ha suscitado preguntas sobre la resistencia del apoyo de Pekín a Moscú, pero las especulaciones de que se está debilitando parecen estar equivocadas.
He aquí una mirada más profunda a la posición de China en esta etapa del conflicto:
¿SE TOMA EN SERIO CHINA LA INVESTIGACIÓN DE LAS ATROCIDADES?
En su declaración del miércoles, el portavoz del Ministerio de Asuntos Exteriores chino, Zhao Lijian, se refirió a los informes de atrocidades en la ciudad de Bucha, diciendo: “La verdad y la causa del incidente deben ser verificadas”. Dijo que todas las partes debían actuar con moderación y evitar “acusaciones infundadas antes de la conclusión de la investigación.”
De manera crucial, Zhao no mencionó a las fuerzas rusas y no dio ninguna indicación sobre cómo se deben reunir las pruebas o por quién.
China tiene un largo historial de dar cobertura política a sus amigos tras incidentes como el hundimiento de un barco de la marina surcoreana en 2010. China lo calificó de “desafortunado”, pero se negó a aceptar pruebas de que Corea del Norte fuera responsable.
Pekín también devuelve habitualmente las acusaciones de crímenes de guerra a los acusadores, principalmente Estados Unidos, citando la invasión de Irak e incidentes como el bombardeo de la embajada china en Belgrado (Yugoslavia) por parte de la OTAN en 1999. China nunca ha aceptado la afirmación de la OTAN de que el ataque fue involuntario.
¿QUÉ OPINA CHINA DE LA INVASIÓN RUSA?
Pekín se comprometió desde el principio con la posición de que Rusia fue provocada para atacar a su vecino por la expansión hacia el este de la OTAN bajo la dirección de Estados Unidos, aunque el presidente ruso Vladimir Putin no ha enumerado ese como su principal motivo para invadir.
China se ha abstenido en las votaciones de las Naciones Unidas para condenar las acciones de Rusia y, siguiendo la política habitual, se ha opuesto firmemente a las sanciones económicas contra Rusia.
Al mismo tiempo, China no muestra signos de socavar esas sanciones ni de apresurarse a llenar el vacío dejado por la salida de las empresas occidentales de Rusia.
Últimamente, Pekín ha centrado sus mensajes en los llamamientos a las conversaciones que conduzcan a un alto el fuego y a evitar una gran catástrofe humanitaria. También ha proporcionado ayuda humanitaria a Ucrania y ha mantenido una línea abierta con los funcionarios ucranianos. El ministro de Asuntos Exteriores, Wang Yi, dijo el lunes a su homólogo Dmytro Kuleba que China no tiene “la mentalidad de observar el fuego desde una distancia segura, y menos aún de hacer algo que eche leña al fuego”.
¿QUÉ HAY DETRÁS DEL APOYO DE CHINA A RUSIA?
China y Rusia se han acercado cada vez más bajo el mandato de Putin y del líder chino Xi Jinping, alineando sus políticas exteriores en oposición al orden mundial liberal occidental.
China suele seguir a Rusia en las votaciones de la ONU y ha contribuido a frenar los intentos de censura por su intervención militar en Siria. Juntos, los países representan dos de los cinco puestos permanentes con derecho a veto en el Consejo de Seguridad de la ONU, formando un bloque que puede frustrar eficazmente las iniciativas de Washington.
Los dos están también estrechamente vinculados económicamente, ya que China se ha convertido en el mayor socio comercial de Rusia y en un importante mercado de exportación para su gas natural y su petróleo.
Apenas unas semanas antes de que comenzara la guerra, Xi y Putin se reunieron en Pekín y emitieron una declaración conjunta en la que describían sus relaciones como “sin límites”. Por lo tanto, criticar a Putin sería criticar implícitamente a Xi, algo que China no tolera.
¿CUÁLES SON LOS RIESGOS Y LOS POSIBLES BENEFICIOS?
Al pretender ser un observador imparcial, China se ha ganado la gratitud de Moscú al tiempo que se protege en gran medida de la obligación de tomar medidas contra Rusia. Pekín también señala la negativa de otros países, como India y Brasil, a condenar a Moscú como prueba de que no está sola.
Pekín no desea ver el fin del régimen de Putin, pero podría beneficiarse de que una Rusia debilitada se convirtiera en un socio aún más secundario en la relación. Eso podría dar a Pekín una mano más fuerte para obtener los recursos energéticos rusos y la tecnología militar de vanguardia.
En la actualidad, los riesgos son mínimos. Pekín está acostumbrada desde hace tiempo a que se le acuse de permitir o perpetrar violaciones de los derechos humanos y se ha vuelto experta en ignorarlas o en esquivarlas utilizando su influencia económica y política.
Mientras su mayor ciudad, Shangai, se enfrenta a uno de los mayores brotes del país desde el inicio de la pandemia de COVID-19, y con un congreso clave del Partido Comunista a finales de año, China está en alerta máxima ante cualquier cosa que pueda amenazar la estabilidad interna.
¿CÓMO ES¿CHINA MANTIENE AL PÚBLICO DE SU LADO?
Los medios de comunicación de Pekín, totalmente controlados por el Partido Comunista, han informado sobre los asesinatos de civiles en Bucha, pero su cobertura tiene un fuerte sesgo pro-ruso. Los medios también han amplificado la desinformación rusa, especialmente las afirmaciones desacreditadas de que Estados Unidos y Ucrania han estado colaborando en la producción de armas biológicas.
Pekín ha enviado instrucciones a los profesores sobre cómo explicar “correctamente” el conflicto a los alumnos, con Estados Unidos como “principal culpable”.
También ha apuntalado la narrativa oficial con la difusión de un documental anterior a la invasión del 24 de febrero que denuncia la caída del antiguo sistema comunista ruso. “El nihilismo histórico y el colapso soviético” ensalza a Putin y a José Stalin, al tiempo que acusa a reformistas como Nikita Jruschov y Mijaíl Gorbachov de ayudar a Estados Unidos y a sus aliados a debilitar el sistema desde dentro.
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