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Finlandia y Suecia han desestimado las advertencias de la vecina Rusia de que su posible ingreso en la OTAN desencadenaría “graves consecuencias político-militares” por parte de Moscú para ambos países.
Un comunicado del Ministerio de Asuntos Exteriores ruso expresó el viernes su preocupación por lo que describió como esfuerzos de Estados Unidos y algunos de sus aliados para “arrastrar” a Finlandia y Suecia a la OTAN y advirtió que Moscú se vería obligado a tomar medidas de represalia si se unen a la alianza.
El ministro de Asuntos Exteriores finlandés, Pekka Haavisto, dijo el sábado que “ya hemos oído esto antes”.
“No creemos que esto requiera una amenaza militar”, dijo Haavisto en una entrevista con la cadena pública finlandesa YLE. “Si Finlandia fuera la frontera exterior de la OTAN, significa más bien que Rusia lo tendría en cuenta en su propia planificación de defensa. No veo nada nuevo como tal” en la declaración de la portavoz del Ministerio de Asuntos Exteriores ruso, Maria Zakharova, dijo Haavisto.
Finlandia tiene una frontera terrestre de 1.340 kilómetros con Rusia, la más larga que comparten los Estados miembros de la Unión Europea y Rusia.
Las palabras de Haavisto fueron secundadas por el presidente finlandés, Sauli Niinisto, quien dijo el viernes que no consideraba que la declaración significara que Moscú estuviera amenazando a Finlandia militarmente, sino más bien qué tipo de “contragolpes” daría Rusia si Finlandia se uniera a la OTAN.
Niinisto declaró a los medios de comunicación finlandeses que no veía que la declaración de Zakharova fuera diferente de lo que ella y el ministro de Asuntos Exteriores ruso, Sergey Lavrov, habían dicho antes sobre la posible entrada de Finlandia en la OTAN. También señaló que el presidente ruso, Vladímir Putin, ya abordó la cuestión con un tono similar en 2016 durante su visita a Finlandia.
En Suecia, la primera ministra Magdalena Andersson abordó la declaración de Moscú en una conferencia de prensa conjunta el viernes con el comandante militar de Suecia Micael Byden.
“Quiero ser extremadamente clara. Es Suecia la que decide por sí misma y de forma independiente nuestra línea de política de seguridad”, dijo Andersson.
La declaración de Rusia se produjo cuando las relaciones de Moscú con Occidente se hundieron hasta el punto más bajo desde la Guerra Fría por la invasión rusa de Ucrania.
“Es obvio que si Finlandia y Suecia se incorporan a la OTAN, que es ante todo una organización militar, ello conllevará graves consecuencias político-militares, que requerirían medidas de represalia por parte de la Federación Rusa”, dijo Zakharova en una rueda de prensa el viernes.
Zakharova argumentó que, si bien cada Estado tiene el derecho soberano de elegir las formas de garantizar su seguridad, todos los miembros de la Organización para la Seguridad y la Cooperación en Europa confirmaron su adhesión al principio de que la seguridad de un Estado no debe lograrse en detrimento de la seguridad de otro país.
“Consideramos que el rumbo de Finlandia para mantener la política de no alineación militar es un factor importante que contribuye a la estabilidad y seguridad en el norte de Europa y en el continente europeo en su conjunto”, dijo Zakharova, y añadió que “no podemos dejar de ver los esfuerzos constantes de la OTAN y de algunos de sus miembros, principalmente de Estados Unidos, para arrastrar a Finlandia, así como a Suecia, a la alianza”. Señaló el aumento de los simulacros de la OTAN en sus territorios.
Aunque no son miembros, Finlandia y Suecia cooperan estrechamente con la OTAN, permitiendo, entre otras cosas, que las tropas de la alianza se ejerciten en su territorio. Helsinki y Estocolmo también han intensificado sustancialmente su cooperación bilateral en materia de defensa en los últimos años, y han asegurado una estrecha cooperación militar con Estados Unidos, Gran Bretaña y el vecino miembro de la OTAN, Noruega.
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Vladimir Isachenkov desde Moscú contribuyó a este informe.
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