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El representante estadounidense George Santos presentó el martes la documentación que indica su intención de presentarse a la reelección, a pesar de que se enfrenta a las llamadas a dimitir en medio de las investigaciones penales y éticas en curso sobre las mentiras que dijo mientras se postulaba para el cargo.
La presentación ante la Comisión Electoral Federal no significa necesariamente que Santos vaya a presentarse a un segundo mandato, pero permite a los comités de su campaña seguir recaudando fondos, parte de los cuales podrían utilizarse para pagar futuras facturas legales. El dinero que recaude también podría utilizarse para devolver más de 700.000 dólares que, según él, ha prestado a su campaña.
El republicano neoyorquino ha admitido haber mentido sobre su ascendencia judía, sus antecedentes en Wall Street, sus títulos universitarios y su historial como jugador estrella de voleibol. Pero también han surgido serias dudas sobre sus finanzas, incluido el origen de lo que él afirmaba que era una fortuna rápidamente amasada a pesar de sus recientes problemas financieros, incluidos desahucios y deudas de miles de dólares en alquileres atrasados.
Santos, de 34 años, se ha referido a las invenciones como adornos inofensivos de su currículum.
Las presiones para que dimitiera surgieron casi inmediatamente después de que el New York Times descubriera incoherencias en su historial público.
Sus compañeros republicanos de Nueva York le exigieron que dimitiera, diciendo que había traicionado a los votantes y a su propio partido con sus mentiras.
Santos también se ha visto acosado por persistentes cuestiones legales.
En 2017, fue acusado de robo criminal en Pensilvania en relación con cheques sin fondos aparentemente utilizados para comprar cachorros de criadores de perros, según una abogada que dijo haber ayudado al republicano con el caso. Esos cargos, sin embargo, fueron posteriormente eliminados, según la abogada.
De joven, se enfrentó a cargos en Brasil -aún sin resolver- en los que se le acusaba de haber utilizado un cheque fraudulento para comprar ropa.
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