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La empresa matriz de YouTube, Google, se enfrenta a la presión de eliminar los canales de propaganda pro-rusa en su plataforma en medio de la invasión de Ucrania.
Varios activistas de las redes sociales en Estados Unidos señalaron que YouTube ha seguido albergando canales de propaganda rusa.
Rusia invadió Ucrania el jueves y está llevando a cabo ataques militares en múltiples ciudades, incluida la capital, Kiev, y se ha informado de la muerte de casi 137 ucranianos.
Los líderes mundiales han condenado la invasión y Estados Unidos ha dicho que las sanciones y otras penalizaciones económicas a Rusia seguirán aumentando si la crisis no cesa.
YouTube tiene un enorme alcance en Rusia, y la plataforma sigue siendo ampliamente utilizada por los críticos del gobierno del Kremlin, los medios de comunicación respaldados por el Estado, así como por los propagandistas prorrusos.
En medio de la guerra en Ucrania, funcionarios de EE.UU., el Reino Unido y la Unión Europea están discutiendo nuevas sanciones y otras medidas para atacar a los grupos de propaganda y a las personas con enormes audiencias en la plataforma.
Una de las sanciones de la UE, por ejemplo, tiene como objetivo Vladimir Solovyov, un periodista de radio y televisión que está detrás de un canal de YouTube con más de un millón de suscriptores.
Un informe de la UE, publicado el miércoles, señalaba que Solovyov es “conocido por su actitud extremadamente hostil hacia Ucrania y sus elogios al gobierno ruso”, y añadía que es responsable de “apoyar acciones o políticas que socavan la integridad territorial, la soberanía y la independencia de Ucrania.”
Un livestream de cuatro horas publicado en su canal de YouTube sobre los ataques militares rusos en Ucrania tuvo más de 2,7 millones de visitas en sus primeras nueve horas, informó Bloomberg.
Varios críticos en Estados Unidos han señalado en Twitter que YouTube no sólo ha permitido que se aloje en su plataforma propaganda prorrusa, sino que también está monetizando esos canales con anuncios de marcas estadounidenses.
Media Matters, un organismo de control de los medios de comunicación en Estados Unidos, encontró en una revisión limitada el año pasado que al menos 13 cuentas gubernamentales rusas -etiquetadas por YouTube como “financiadas” por una entidad gubernamental o una “emisión pública”- tienen anuncios pre-roll en sus canales.
El regulador británico Ofcom también se enfrenta a peticiones para que tome medidas contra el canal de televisión Russia Today (RT), respaldado por el Kremlin.
“Hay que hacer frente a la campaña de desinformación de Putin.
El líder del Partido Laborista británico, Sir Keir Starmer, dijo que se debe impedir que RT emita su propaganda en todo el mundo.
En respuesta, la redactora jefe adjunta de RT, Anna Belkina, dijo: “Siempre es una alegría ver que los políticos occidentales, y en particular los británicos, abandonan por fin su disfraz hipócrita a favor de la injerencia abierta en instituciones que pregonaban como supuestamente totalmente independientes y totalmente libres de presiones e injerencias políticas.”
Algunas sanciones impuestas por Estados Unidos también han intentado frenar la propaganda rusa.
A principios de esta semana, el presidente estadounidense Joe Biden prohibió el suministro de bienes, servicios o tecnología a partes de la región separatista ucraniana de Donetsk, donde una cadena de televisión conectada a los separatistas tiene más de 200.000 suscriptores en YouTube y ha publicado más de 25 vídeos sobre el conflicto de Ucrania en el último día.
Sergei Hovyadinov, ex abogado de Google en Rusia, dijo que las leyes de telecomunicaciones rusas obligan a las grandes plataformas tecnológicas, como YouTube y Facebook, a cumplir con las solicitudes del Estado para eliminar o restituir el contenido.
“Nos enfrentamos a una máquina de propaganda rusa muy robusta”, dijo.
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