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Las autoridades griegas actuaron ilegalmente al no proteger a los refugiados que perecieron en un ahogamiento masivo en el mar Egeo que dejó 11 muertos, ha concluido un tribunal en una sentencia histórica.
El Tribunal Europeo de Derechos Humanos (TEDH) también determinó que los funcionarios griegos sometieron ilegalmente a 12 de los supervivientes a un trato degradante al registrarlos al desnudo cuando llegaron a tierra, y que no llevaron a cabo una investigación efectiva sobre las circunstancias en las que se hundió la embarcación.
El 20 de enero de 2014, 11 afganos, entre ellos ocho niños, perdieron la vida cuando la pequeña embarcación de pesca en la que viajaban se hundió cerca de Farmakonisi, una pequeña isla en el sureste del mar Egeo.
Los 16 supervivientes -formados por 13 ciudadanos afganos, dos sirios y un palestino- afirman que los guardacostas griegos hundieron la embarcación cuando la remolcaron a gran velocidad hacia Turquía, en lo que se conoce como una operación de retroceso.
Las autoridades lo niegan, afirmando que la embarcación estaba siendo remolcada hacia la isla de Farmakonisi para rescatar a los migrantes, y que volcó debido al pánico y a los movimientos bruscos de los que iban a bordo.
El jueves por la mañana, el TEDH publicó su sentencia, en la que se concluye que las autoridades griegas violaron los derechos humanos de los refugiados en tres aspectos: al no protegerlos, al no realizar una investigación adecuada y al someterlos a un trato degradante.
El tribunal expresó su preocupación por el tiempo que tardaron las autoridades en pedir ayuda adicional para salvar vidas. Dijo que hubo un “retraso significativo” en la movilización y llegada de los recursos de rescate disponibles.
No se solicitó un helicóptero de rescate hasta las 2.29 horas, a pesar de que la embarcación se había hundido a las 2.16 horas, y no se solicitó la puesta a disposición de un buque de la marina hasta las 2.45 horas.
Un comunicado de prensa del TEDH afirma: “El tribunal observó que el gobierno no había dado ninguna explicación sobre las omisiones y retrasos específicos en el presente caso y que se planteaban serias dudas sobre la forma en que se había llevado a cabo y organizado la operación.”
El tribunal también señaló que al llegar a Farmakonisi, los demandantes en cuestión habían permanecido bajo el control de las autoridades y fueron llevados a una cancha de baloncesto al aire libre y se les ordenó desnudarse, antes de ser sometidos a un registro corporal delante de los demás supervivientes y de un grupo de soldados. Esto incluyó que se les pidiera que se inclinaran hacia delante y se dieran la vuelta.
Dado que los supervivientes acababan de escapar de una embarcación que se hundía y algunos de ellos habían perdido a sus familiares, “sin duda se encontraban en una situación de estrés extremo y ya habían experimentado sentimientos de intenso dolor y pena”, dijo el tribunal.
Llegó a la conclusión de que el registro podría haber causado a estos solicitantes “sentimientos de arbitrariedad, inferioridad y ansiedad que resultan en un grado de humillación”, lo que equivale a un trato degradante en el sentido del artículo 3 del Convenio.
El tribunal también consideró que las autoridades griegas no llevaron a cabo una investigación adecuada sobre lo sucedido, al no seguir “líneas de investigación obvias”, lo que “socavó la capacidad de la investigación para determinar las circunstancias exactas en las que se hundió el barco”.
Grecia ha sido condenada a pagar un total de 330.000 euros por los daños no pecuniarios sufridos por los demandantes, desglosados en 100.000 euros a uno de los demandantes, 80.000 euros a tres de los demandantes conjuntamente, 40.000 euros a otro de los demandantes y 10.000 euros a cada uno de los 11 demandantes restantes.
La organización benéfica de apoyo a los refugiados Aegean calificó la sentencia de “histórica” y añadió: “La sentencia es una victoria para los derechos humanos y el Estado de Derecho, gracias a los incansables esfuerzos de la sociedad civil y la comunidad jurídica”.
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