Una subasta de polvo lunar, cucarachas que comían polvo lunar y otra parafernalia lunar se cerró sin venta el 23 de junio después de que los abogados de la Nasa dejaran claro que los materiales siguen perteneciendo a la agencia espacial.
“Extraordinaria muestra de especímenes de un experimento con polvo lunar del Apolo 11, en el que se alimentó a cucarachas alemanas (entre otras criaturas inferiores) con material del suelo lunar para observar posibles efectos patológicos”, rezaba la descripción del lote sacado a subasta por la empresa Remarkable Rarities, con sede en Boston. La empresa de subastas había estimado el valor del lote en 400.000 dólares.
Pero en una carta de un abogado de la Nasa, la agencia espacial argumentó que el subastador no podía vender una propiedad que todavía pertenecía a la Nasa, según informa Associated Press.
“Todas las muestras del Apolo, tal y como se estipula en esta colección de artículos, pertenecen a la Nasa y nunca se ha dado permiso a ninguna persona, universidad u otra entidad para que se queden con ellas después de su análisis, destrucción u otro uso para cualquier propósito, especialmente para su venta o exhibición individual”, decía la carta legal de la Nasa el 5 de junio, según la AP.
La misión Apolo 11 de 1969 trajo a la Tierra muestras de regolito lunar que luego se expusieron a plantas y se dieron de comer a cucarachas y otras criaturas para comprobar su toxicidad. El entomólogo de la Universidad de Minnesota Marion Brooks adquirió algunas de las cucarachas para estudiarlas en 1969 y no encontró “ninguna evidencia de agentes infecciosos”, según la AP.
Las cucarachas y otros materiales nunca volvieron a la Nasa, y permanecieron en la casa de la Dra. Brooks hasta 2010, cuando su hija las vendió a un tercero no identificado que a su vez las llevó a Remarkable Rarities, según la información de AP. La Nasa escribió una segunda carta el 22 de junio pidiendo al subastador que trabajara con el tercero para devolver los materiales a la Nasa.
“Hemos trabajado con la NASA antes y siempre hemos cooperado con el gobierno de los Estados Unidos cuando reclaman artículos”, dijo a la AP Mark Zaid, un abogado de Remarkable Rarities. “A fin de cuentas, queremos actuar de forma adecuada y legal”.
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