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El difunto senador Harry Reid fue enterrado el jueves en un cementerio del desierto en su ciudad natal de Searchlight, Nevada, luego de una semana de ceremonias en Las Vegas y en el Capitolio de los EE. UU. que honraron sus décadas dando forma a las políticas estatales y nacionales.
Los miembros de la familia querían que el servicio junto a la tumba fuera privado, dijo Brian Ahern, ex asistente de prensa y redactor de discursos de Reid que ahora es portavoz de MGM Resorts International y representante de la familia de Reid. Ahern solo confirmó que se llevó a cabo el entierro.
Reid murió el 28 de diciembre en su casa en Henderson, Nevada, a los 82 años por complicaciones del cáncer de páncreas. Le sobreviven su esposa durante 62 años, Landra Reid, sus cinco hijos y nietos que lo conocían como “Poppy”.
El presidente Joe Biden, quien calificó al exlíder del Partido Demócrata como “uno de los mayores líderes de la mayoría del Senado en la historia”, asistió a un memorial que atrajo a más de 2000 invitados el sábado pasado en una sala de conciertos en Las Vegas. Biden también visitó el ataúd cubierto con la bandera de Reid mientras Reid yacía en estado el miércoles en la Rotonda del Capitolio en Washington.
Reid sirvió más tiempo en el Congreso que cualquier persona de Nevada. Fue líder de la mayoría en el Senado durante los mandatos de dos presidentes: el republicano George W. Bush y el demócrata Barack Obama. Se retiró en 2016.
Muchos lo recuerdan por los finales abruptos de las conversaciones telefónicas. Reid era un combativo exboxeador convertido en abogado que fue ampliamente reconocido como uno de los negociadores más duros en el Congreso.
Se le atribuyó el haber obtenido un proyecto de ley de recuperación económica nacional durante la Gran Recesión y haber logrado que la histórica ley de atención médica de Obama fuera aprobada por el Senado.
En Nevada, fue elegido a los 28 años para la Asamblea estatal y a los 30 años se convirtió en vicegobernador como compañero de fórmula del gobernador Mike O’Callaghan en 1970.
En 1980, como jefe de la Comisión de Juegos de Nevada que investigaba el crimen organizado, Reid fue el objetivo de un coche bomba que no detonó.
En Searchlight, una vez una ciudad en auge de la minería de oro ahora con menos de 500 residentes a una hora en auto al sur de Las Vegas, el padre de Reid era un minero de roca dura que se suicidó a los 58 años. La madre de Reid lavaba ropa para un burdel.
Hoy, el nombre de Harry Reid está en la escuela primaria de la ciudad y en un camino que conduce al cementerio donde están enterrados sus padres, otros miembros de la familia y ahora el mismo Reid.
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