Hillary Clinton ha dicho que no entiende cómo el expresidente Donald Trump pudo llevarse documentos secretos a Mar-a-Lago.
Al describir el proceso para ver la información sensible mientras ella servía como secretaria de Estado, la Sra. Clinton dijo en el programa de ABC The View que “hubo ocasiones en las que, cuando era secretaria de Estado, entraba en mi despacho literalmente un mensajero militar”.
“Sería una emergencia, no habría tiempo para llegar a la Casa Blanca y tener una reunión en lo que se llama un SCIF, una instalación segura”, dijo. “Así que normalmente un hombre, siempre era un hombre, según recuerdo, entraba, tendría como un maletín atado a su muñeca. Y entraba en mi despacho y decía ‘tiene que ver esto inmediatamente, secretaria'”.
“Desbloqueaba el maletín, se ponía de pie y me daba un documento con información realmente delicada y secreta sobre algo importante”, añadió Clinton. “Lo leía, luego firmaba que lo había leído, volvía a la caja cerrada que llevaba en la muñeca y se iba”.
“Así que no entiendo cómo estos documentos acabaron donde están. No entiendo cómo se le permitió llevarlos incluso al [White House] residencia, y mucho menos a un club de campo en Florida. No lo entiendo”, dijo.
El FBI se incautó de archivos que detallaban la capacidad nuclear de un país extranjero cuando sus agentes ejecutaron una orden de registro en la residencia del señor Trump en Florida el mes pasado, The Washington Post informó el martes.
El periódico citaba fuentes que decían que los documentos eran tan secretos que sólo el presidente, algunos miembros de su gabinete o funcionarios de nivel cercano al gabinete podrían autorizar a otros funcionarios del gobierno a verlos.
The Post dijo que los papeles incluían información sobre la preparación de la defensa nuclear de un país extranjero, pero no dijo cuál.
No se pueden exagerar las implicaciones de que esos documentos -que están clasificados al más alto nivel posible- se guarden en una residencia privada en la que se ha expresado preocupación por la organización y la seguridad de su custodia. La acusación sugiere una razón por la que las agencias de inteligencia de EE.UU. tendrían que llevar a cabo una evaluación de cualquier riesgo para la seguridad nacional a raíz de la redada del FBI.
Si es exacto, el informe también echa por tierra cualquier defensa del Sr. Trump y sus aliados que afirmen que los documentos incautados por el FBI eran inofensivos y estaban destinados únicamente a su uso en unas memorias, una biblioteca presidencial u otros proyectos.
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