El Ministerio de Asuntos Exteriores holandés ha anunciado el cierre de oficinas policiales chinas “ilegales” que han estado operando en el país bajo la apariencia de centros de servicios.
El ministro de Asuntos Exteriores holandés, Wopke Hoekstra, declaró el miércoles que la presencia de estas oficinas policiales en el país era “inaceptable” y dijo a los medios de comunicación que había comunicado la decisión al embajador de China en los Países Bajos.
“Ahora estamos investigando como ministerio lo que ocurre con los centros, y cuando tengamos más información al respecto podremos determinar la acción apropiada”, había dicho la semana pasada el portavoz del Ministerio de Asuntos Exteriores holandés, Maxime Hovenkamp.
“Lo que es correcto es que el gobierno chino nunca nos informó de los centros por vía diplomática, por lo que, para empezar, son ilegales”.
Ahora, Hoekstra dijo que los Países Bajos investigarán más a fondo qué actividades tuvieron lugar en las oficinas que trabajaban en nombre del gobierno chino.
La embajada china había declarado anteriormente a Reuters que “no estaba al tanto del asunto… y no estaba involucrada en él”.
RTL News informó la semana pasada que la policía china abrió al menos dos oficinas en los Países Bajos desde 2018 sin informar al gobierno holandés. Dijo que “hay fuertes indicios de que las sucursales se utilizan para presionar a los chinos críticos incluso en los Países Bajos”.
Las investigaciones de RTL News y el portal de periodismo de investigación Follow the Money revelaron que las oficinas estaban ubicadas en Ámsterdam y Rotterdam.
China tiene oficinas de este tipo en al menos 30 países y las utilizaba para presionar objetivos políticos en el extranjero, incluso “en operaciones policiales encubiertas e ilegales en España”, según la organización española de derechos humanos Defensores del Pueblo.
El objetivo de estos centros clandestinos era que el Partido Comunista de China reprimiera las críticas dentro de las comunidades de expatriados “tanto como lo ha hecho en su país durante tanto tiempo”, según la portavoz de Safeguard Defenders, Laura Harth, citada por Reuters.
Se informó de que estas oficinas policiales que solían funcionar bajo la apariencia de estaciones de servicio se utilizan para vigilar a los chinos en los Países Bajos.
El Sr. Hoekstra dijo a la prensa que “hay que pedir permiso al país anfitrión, en este caso Holanda, para ello, y eso no ha ocurrido”.
“Hemos sido claros sobre lo que pensamos al respecto, que queremos llegar al fondo de esto y que todo el asunto debe cerrarse inmediatamente”, dijo el ministro.
Añadió que “otros países también tienen que ocuparse de lo mismo o de algo similar. Eso requiere que los aliados se consulten entre sí”.
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