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Lisa Wrightsman era una ex jugadora de fútbol universitario cuya vida se descarriló por la adicción a las drogas antes de que finalmente regresara al deporte a través de un torneo para jugadores de todo el mundo que se han quedado sin hogar.
Wrightsman se clasificó para la Copa Mundial de Personas sin Hogar en Brasil. Fue una competencia que cambiaría para siempre su vida. Cuando regresó a Sacramento, los amigos en el centro de sobriedad donde vivía Wrightsman le dijeron que querían “sentirse como se ve ahora”.
“De hecho, comencé a sentir valor”, dijo. “Todo el torneo te inculca eso”.
Wrightsman ahora es entrenadora del equipo femenino de EE. UU. en la Copa Mundial de Personas sin Hogar. El torneo hizo su debut en Estados Unidos el 8 de julio en la capital de California, un estado que alberga a la mayor población de personas sin hogar del país. Va hasta el sábado.
El torneo se lleva a cabo después de una pausa de tres años debido a la pandemia, cuando las poblaciones de personas sin hogar aumentaron en muchas ciudades de EE. UU. Solo en Sacramento, aumentó un 68 % entre 2020 y 2022.
Treinta países compiten en los juegos con equipos que incluyen desde personas que han vivido en las calles hasta refugiados y niños de crianza.
Incluyen a Yuli Pineda, quien se mudó a California desde Honduras y vivía con una familia adoptiva cuando se unió. Pineda dijo que ha encontrado un sentido de comunidad jugando para el equipo estadounidense.
“Cada jugador proviene de diferentes orígenes”, dijo Pineda, de 18 años. “Es increíble que en tan poco tiempo nos hayamos conectado tan rápido”.
Una de las partes especiales del fútbol es que es muy popular en todo el mundo, dijo Lawrence Cann, fundador de Street Soccer USA, que organiza los equipos masculino y femenino de EE. UU.
“Imagínese si está aislado, siente cierto nivel de vergüenza con todo lo que conlleva estar sin hogar”, dijo Cann. “Esto te brinda una forma natural de conectarte con la comunidad más grande del mundo, que es la comunidad del fútbol”.
Mel Young, quien cofundó la organización que dirige el torneo, dijo que el objetivo es desarrollar la confianza de los jugadores para lograr sus objetivos más allá de los juegos. Algunos de los atletas han llegado a jugar profesionalmente, pero ese no es el punto, dijo Young.
“Los eventos son fantásticos. Insto a cualquiera a que venga y mire”, dijo Young. “Pero se trata de seguir adelante. Se trata de impacto. Se trata de personas que cambian sus vidas”.
Young dijo que ha sido testigo de la transformación. Hace años, Young dijo que se subió a un autobús en su Escocia natal y se sorprendió al descubrir que el conductor era un exjugador que compitió en el torneo. Le dijo a Young que obtuvo su licencia de conducir de autobús después de los juegos, que vivía en un departamento y estaba comprometido para casarse.
Wrightsman creció en un suburbio de Sacramento y fue delantero de la Universidad Estatal de California, Sacramento, también conocida como Sac State. Luchó contra la adicción a las drogas y terminó en un centro de sobriedad, lo que la hizo elegible para calificar para la Copa Mundial de Personas sin Hogar. En el torneo de 2010, recordó lo mucho que le gustaba jugar y eso le dio confianza al saber que podía compartir sus conocimientos con jugadoras que tenían menos experiencia.
Este año, los jugadores están luchando contra el clima cálido y seco en Sacramento, con temperaturas que superarán los 100 grados Fahrenheit (38 grados Celsius) para el viernes. Algunos de los juegos fueron programados para más tarde para evitar el calor más intenso del día.
Los juegos son mucho más cortos que los partidos de fútbol tradicionales y duran solo siete minutos cada mitad, por lo que cualquiera puede participar. Cada país puede traer un equipo masculino y femenino. Las mujeres pueden competir en el equipo masculino si el país no trae un equipo femenino.
En un día reciente en el Hornet Stadium de Sac State, los jugadores intentaron refrescarse sentándose a la sombra debajo de las gradas y las carpas o colocándose toallas mojadas alrededor del cuello.
En las gradas, los espectadores ondearon banderas y lucieron camisetas y gorras para mostrar su apoyo a la selección de su país. Los simpatizantes de la selección mexicana de mujeres corearon “¡Sí, se puede!” o “¡Sí, puedes!” durante un partido de la fase de grupos el martes cuando los campeones reinantes lucharon por ganar su octavo título.
Para Sienna Jackson, una nativa de Sacramento de 24 años que integra el equipo femenino de EE. UU., jugar fútbol le ofreció un bienvenido escape del estrés que creció.
“Fue algo para dejar de pensar en mi vida y calmarme un poco”, dijo Jackson, quien experimentó la falta de vivienda durante cuatro años a partir de los 19 años.
Jackson ahora vive en un departamento, trabaja con un dentista pediátrico y está estudiando asistente dental en Carrington College, una escuela de formación profesional en Sacramento.
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El periodista de Associated Press Haven Daley contribuyó.
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Sophie Austin es miembro del cuerpo de Associated Press/Report for America Statehouse News Initiative. Report for America es un programa de servicio nacional sin fines de lucro que coloca a los periodistas en las salas de redacción locales para informar sobre temas encubiertos. Siga a Austin en Twitter: @sophieadanna.
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