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La policía de Hong Kong detuvo el miércoles a un cardenal católico romano de 90 años, a un cantante y a otras dos personas, en virtud de la estricta Ley de Seguridad Nacional, bajo la sospecha de que habían actuado en connivencia con supuestas fuerzas extranjeras.
El cardenal Joseph Zen, la cantante y actriz Denise Ho, la abogada Margaret Ng y el académico Hui Po-keung fueron detenidos por la policía de seguridad nacional de Hong Kong. Pero las autoridades los dejaron en libertad bajo fianza tras confiscar sus pasaportes.
Al parecer, fueron arrestados en relación con sus funciones como fideicomisarios del ahora desaparecido Fondo de Ayuda Humanitaria 612, que proporcionó asistencia legal a las personas que participaron en las protestas prodemocráticas de 2019, dijo el grupo de derechos humanos con sede en el Reino Unido Hong Kong Watch. El fondo se cerró en 2021.
Se sospecha que apelan a países u organizaciones extranjeras para que impongan sanciones a Hong Kong, por lo que amenazan la seguridad nacional de China, dijo la policía de Hong Kong a BBC News.
El Sr. Zen ha sido durante mucho tiempo un crítico del gobierno chino. Huyó de Shanghai a Hong Kong después de que los comunistas tomaran más de China hace 70 años, y es un antiguo obispo de Hong Kong.
También ha condenado el acuerdo de 2018 del Vaticano con Pekín sobre los nombramientos de obispos, que según él es una venta de los cristianos clandestinos en China.
La Sra. Ho y la Sra. Ng han sido detenidas anteriormente en virtud de la misma ley. La Sra. Ho fue detenida a finales del año pasado, mientras que la Sra. Ng fue condenada a un año de suspensión en 2021 por participar en manifestaciones no autorizadas.
Estas detenciones se produjeron apenas unos días después de que Pekín nombrara a un nuevo líder prochino de línea dura para Hong Kong, John Lee Ka-chiu.
“Las detenciones de hoy son una señal inequívoca de que Pekín tiene la intención de intensificar su represión de los derechos y libertades fundamentales en Hong Kong”, declaró el director de Hong Kong Watch, Benedict Rogers.
China aprobó la polémica ley de seguridad nacional que aumenta sus poderes y la presencia policial en Hong Kong en 2020. La legislación penaliza las actividades que Pekín considera terrorismo, secesión o colusión con una potencia extranjera.
Hasta el 31 de marzo de este año, 175 personas fueron detenidas en virtud de la ley, y 110 fueron acusadas.
Amnistía Internacional condenó las últimas detenciones y las calificó de “escalada escandalosa”.
“Incluso para los estándares recientes de empeoramiento de la represión en Hong Kong, estas detenciones representan una escalada escandalosa. Algunas de las figuras pro-democráticas más respetadas de la ciudad, cuyo activismo siempre ha sido totalmente pacífico, se enfrentan ahora a años de cárcel”, dijo en un comunicado el miércoles.
Human Rights Watch también arremetió contra las autoridades de Hong Kong.
“Arrestar a un cardenal de 90 años por sus actividades pacíficas es un nuevo y escandaloso golpe para Hong Kong, que ilustra la caída libre de la ciudad en materia de derechos humanos en los últimos dos años”, dijo.
El portavoz del Vaticano, Matteo Bruni, también ha expresado su preocupación.
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