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Hong Kong ha resurgido de sus cenizas y ha superado graves desafíos, dijo el presidente de China, Xi Jinping, al llegar a la ciudad en una rara visita para conmemorar los 25 años del traspaso de la antigua colonia británica.
Fue la primera visita del líder chino fuera de la China continental desde el inicio de la pandemia de coronavirus en marzo de 2020, mientras permanecía refugiado en una burbuja libre del virus.
Llegó a Hong Kong para una visita de dos días, fuertemente programada, para reforzar la autoridad del gobierno chino sobre la ciudad en medio de una cobertura de alta seguridad con 30.000 despliegues adicionales de la fuerza policial, carreteras bloqueadas y zonas de exclusión aérea.
“Hong Kong ha resistido una y otra vez duras pruebas, superando los desafíos uno a uno”, dijo el Sr. Xi. “Tras el viento y la lluvia, Hong Kong ha resurgido de sus cenizas”.
Sus comentarios parecían referirse a las masivas protestas prodemocráticas en el país y a la amplia ley de seguridad que Pekín impuso en 2020 y que reprimió la disidencia tras esas manifestaciones antigubernamentales.
El líder chino dijo que su “corazón está siempre con Hong Kong” en su breve discurso y que la fórmula de “un país, dos sistemas” de la ciudad es para garantizar su prosperidad y estabilidad.
Xi llegó en un tren de alta velocidad con su esposa, Peng Liyuan, y fue recibido por niños que agitaban flores y banderas chinas.
El Sr. Xi llevó una máscara facial durante todo el acto, excepto cuando pronunció su discurso a distancia de la multitud, y no estrechó la mano ni abrazó a nadie.
El Gobierno no ha hecho público su itinerario, pero se espera que Xi tome juramento al nuevo líder del centro financiero mundial, John Lee, el viernes, ya que el mandato de la jefa ejecutiva saliente, Carrie Lam, finalizará el 30 de junio.
Las autoridades de Hong Kong realizaron elaborados preparativos y el Sr. Xi permaneció en una burbuja cerrada para tratar de mantener alejado el virus.
Su decisión de salir de la burbuja de seguridad de China y llegar a una ciudad que ha registrado miles de casos del virus comunitario es un ejemplo de su determinación de reafirmar el control de Pekín sobre la antigua colonia británica, que anteriormente gozaba de autonomía.
Llegó para conmemorar los 25 años del traspaso del dominio británico. Se trata del ecuador de 50 años, plazo en el que China prometió proteger la libertad democrática y mantener las instituciones liberales de Hong Kong en un marco denominado “un país, dos sistemas”.
El Reino Unido y otros países han acusado a China de violar el acuerdo alcanzado durante el traspaso.
“Es una celebración de la victoria del gobierno central sobre la oposición política en Hong Kong”, dijo John Burns, profesor del Departamento de Política y Administración Pública de la Universidad de Hong Kong.
Durante su última visita a la ciudad en 2017, Xi había advertido a los hongkoneses contra cualquier acto que pusiera en peligro la soberanía de China y dijo que los desafíos al gobierno de China eran “absolutamente impermisibles”.
Tras su marcha, decenas de miles de manifestantes marcharon para protestar. Pero este año el ambiente es diferente y no se esperan protestas en medio de la estricta ley de seguridad nacional.
El alto cargo de la policía de Hong Kong, Lui Kam-ho, advirtió contra cualquier acto de violencia o desorden público durante la visita del primer ministro.
Para reforzar la seguridad, la policía ha desplegado más de 30.000 efectivos, ha cerrado partes de Hong Kong, ha bloqueado carreteras y ha aplicado una zona de exclusión aérea sobre el puerto de Victoria.
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