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La embajadora de Estados Unidos ante las Naciones Unidas, Linda Thomas-Greenfield, declaró el viernes ante el Consejo de Seguridad de la ONU que una “catástrofe nuclear” en la central ucraniana de Zaporizhzhia sólo se había evitado “por la gracia de Dios” y calificó el ataque a la instalación de “increíblemente imprudente” y de “nueva y peligrosa escalada” en la guerra no provocada de Rusia contra Ucrania.
El jueves, las fuerzas rusas empezaron a bombardear las instalaciones de Zaporizhzhia -la mayor central nuclear de Europa- provocando un incendio en uno de los edificios del complejo de seis reactores.
Ninguno de los reactores de agua a presión VVR de la instalación -que están alojados en pesadas vasijas de presión de hormigón que pueden absorber el impacto de un avión de pasajeros- resultó dañado en el ataque, pero el bombardeo de la instalación evocó el recuerdo de la explosión de 1986 en la ya desaparecida central de Chernóbil, cerca de la desierta ciudad de Pripyat.
Gracias a la transmisión de vídeos de seguridad en tiempo real desde las instalaciones, personas de todo el mundo vieron con horror cómo se producía un incendio en la central y los bomberos ucranianos luchaban por extinguirlo mientras las fuerzas rusas les disparaban.
“Por la gracia de Dios, el mundo evitó anoche por poco una catástrofe nuclear. Todos esperábamos para exhalar mientras veíamos cómo se desarrollaba la horrible situación en tiempo real”, dijo Thomas-Greenfield, quien dijo que aplaudía a los operadores ucranianos de la planta por su capacidad para mantener los reactores de la central en “condiciones seguras” mientras eran atacados.
La diplomática estadounidense dijo que el ataque de Rusia a la instalación ponía a la planta en “grave riesgo” y expresó su preocupación por el hecho de que el personal de la planta estuviera trabajando ahora bajo “extrema coacción”.
“El ataque de Rusia de anoche puso en grave riesgo a la mayor central nuclear de Europa. Fue increíblemente imprudente y peligroso, y amenazó la seguridad de los civiles en toda Rusia, Ucrania y Europa”, dijo.
Thomas-Greenfield también pidió a Rusia que retire las tropas del lugar para que el personal médico pueda tratar a los trabajadores de la planta que resulten heridos, y que permita a los operadores de la planta “pleno acceso” a las instalaciones.
“Los bomberos ucranianos y los ingenieros nucleares deben tener pleno acceso a la instalación nuclear para evaluar los daños, especialmente en las tuberías de entrada de agua, y mitigar un mayor deterioro de la situación si es necesario”, dijo, y añadió que las instalaciones nucleares como Zaporizhzhia “no pueden convertirse en parte” del conflicto entre Rusia y Ucrania.
Continuó diciendo que Rusia “debe” detener cualquier “nuevo uso de la fuerza” que pueda poner los 15 reactores nucleares en funcionamiento de Ucrania “en mayor riesgo” u obstaculizar los esfuerzos ucranianos para garantizar la “seguridad y protección” de las 37 instalaciones nucleares del país – incluyendo la instalación de Chernóbil, que está bajo control ruso desde la semana pasada.
Además, la Sra. Thomas-Greenfield dijo que los funcionarios estadounidenses siguen “muy preocupados” por los informes de que las fuerzas militares rusas que ocupan el sitio de Chernóbil “no han permitido a los operadores allí tener un cambio de turno desde la semana pasada”, calificando tal comportamiento de “altamente irresponsable”.
“Acabamos de ser testigos de una nueva y peligrosa escalada que representa una terrible amenaza para toda Europa y el mundo”, dijo. “A mis homólogos rusos: Este consejo necesita respuestas, necesitamos oírles decir que esto no volverá a ocurrir”.
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