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Cientos de manifestantes han irrumpido en el Parlamento iraquí en Bagdad contra un candidato a primer ministro que cuenta con el apoyo de partidos respaldados por Irán.
La mayoría de los hombres eran seguidores del clérigo musulmán chiíta Muqtada al-Sadr, que les había llamado a irrumpir en la fuertemente fortificada Zona Verde de la ciudad, que alberga edificios gubernamentales y embajadas extranjeras.
El miércoles, la policía antidisturbios intentó detener a los manifestantes con un cañón de agua mientras escalaban los muros de cemento y las vallas para entrar en la zona.
En el Parlamento, los manifestantes caminaron sobre las mesas, revolvieron las carpetas, se sentaron en las sillas de los diputados -que no estaban presentes-, ondearon banderas iraquíes, llevaron imágenes del Sr. al-Sadr y corearon consignas contra Irán.
Mientras se producía la manifestación, el primer ministro interino, Mustafa al-Kadhimi, hizo un llamamiento a la calma y a la contención y pidió a los manifestantes que se “retiraran inmediatamente” de la zona.
Los informes indican que los guardias de seguridad no intentaron detener la protesta que el Sr. al-Sadr convocó por la selección de Mohammed al-Sudani como candidato oficial del bloque del Marco de Coordinación, una coalición liderada por los partidos chiítas respaldados por Irán y sus aliados.
Desde las elecciones federales de octubre de 2021, el sistema político nacional de Irak se encuentra en un punto muerto al ser incapaz de formar un gobierno de coalición estable o de elegir un nuevo jefe de Estado.
El Sr. al-Sadr había intentado formar un gobierno con aliados suníes y kurdos que excluyera a los partidos respaldados por Irán y dirigidos por su rival de siempre, el ex primer ministro Nouri al-Maliki.
Pero el Sr. al-Sadr abandonó recientemente el proceso de formación de un nuevo gobierno. A pesar de haber ganado el mayor número de escaños en las elecciones de octubre, no tenía suficientes diputados para conseguir la mayoría necesaria para elegir al nuevo primer ministro de Irak.
En protesta por el revés, sus diputados -que habían ocupado unos 70 de los 329 escaños- dimitieron del parlamento.
En un comunicado, la coalición Marco dijo que había tenido conocimiento de “llamadas que instaban al caos, agitando la lucha”, en las últimas 24 horas desde la designación del Sr. al-Sudani.
Horas después de que sus seguidores ocuparan el parlamento, el Sr. al-Sadr emitió un comunicado en Twitter en el que les decía que su mensaje había sido recibido, y que “volvieran con seguridad a sus hogares”. Poco después, los manifestantes comenzaron a salir del edificio del Parlamento bajo la supervisión de los guardias de seguridad.
Las Naciones Unidas afirmaron en un comunicado que los iraquíes tienen derecho a protestar, pero que es “esencial que las manifestaciones sigan siendo pacíficas y cumplan con la ley”.
La última protesta fue la mayor desde que se celebraron las elecciones, y la segunda vez este mes que el Sr. al-Sadr ha movilizado a sus partidarios en masa para enviar una advertencia a sus rivales de una posible escalada si se forma un gobierno con el Sr. al-Sudani al frente.
A principios de julio, decenas de miles de personas acudieron a la llamada del Sr. al-Sadr para una oración masiva y llenaron la calle al-Falah con sudarios blancos y banderas iraquíes. El servicio de oración fue también un homenaje al padre del Sr. a-Sadr, el clérigo Muhammad Sadiq al-Sadr.
Su padre había celebrado los servicios de oración del viernes desafiando al régimen de Saddam Hussein en la década de 1990, antes de ser asesinado en 1999. La invasión de Irak dirigida por Estados Unidos derrocó el régimen, lo que llevó a la ejecución de Saddam en 2006.
En 2016, los seguidores de Al Sadr irrumpieron en la Zona Verde y entraron en el edificio del Parlamento para exigir una reforma política. Hubo informes de que los funcionarios habían sido atacados.
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