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Israel ha preparado el escenario para sus quintas elecciones en menos de cuatro años después de que los legisladores votaran unánimemente para disolver el parlamento del país, la Knesset, antes de la medianoche del miércoles.
El primer ministro, Naftali Bennett, solicitó la semana pasada la disolución del Parlamento después de que “se agotaran los intentos de estabilizar la coalición” tras una serie de desavenencias internas.
Una vez que la convocatoria de elecciones obtenga la aprobación final de la Knesset, el ministro de Asuntos Exteriores de centro-izquierda de Israel, Yair Lapid, tomará el relevo de Bennett como primer ministro de un gobierno provisional con poderes limitados.
“Hicimos todo lo posible para preservar este gobierno, cuya supervivencia consideramos de interés nacional”, dijo Bennet, un antiguo líder de los colonos de extrema derecha, en un discurso pronunciado la semana pasada.
El ex primer ministro Benjamín Netanyahu ha mantenido conversaciones que plantean la posibilidad de su regreso al Parlamento.
El reinado de Netanyahu, de 72 años, como el primer ministro que más tiempo ha gobernado en la historia de Israel, terminó hace un año cuando Lapid y Bennett formaron una rara alianza de derechistas, liberalistas y partidos árabes. Aunque su coalición duró más de lo que muchos esperaban, su gobierno se deshizo por las recientes luchas internas.
Ahora líder de la oposición, Netanyahu se ha mostrado encantado por el fin de lo que ha llamado el peor gobierno de la historia de Israel.
Espera conseguir un sexto mandato a pesar de estar procesado por corrupción por cargos que niega.
Los sondeos muestran que su partido de derechas, el Likud, lidera las encuestas, pero aún no cuenta con una mayoría de gobierno a pesar del apoyo de los partidos religiosos y nacionalistas aliados.
Los legisladores del bloque pro-Netanyahu han dicho que están trabajando para formar un nuevo gobierno antes de que se disuelva el parlamento. Ese escenario, que parece remoto, echaría por tierra unas elecciones anticipadas.
Las nuevas elecciones se celebrarán el 25 de octubre o el 1 de noviembre, fecha que se fijará tras nuevas negociaciones. El proyecto de ley debe ser aprobado en otras dos votaciones del pleno de la Knesset.
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