Los manifestantes israelíes bloquearon las carreteras que conducen a Jerusalén, Haifa y Tel Aviv el martes, al comienzo de un día de manifestaciones en todo el país contra la reforma judicial planeada por el gobierno que ha dividido a la nación.
Las manifestaciones se produjeron la mañana después de que la coalición parlamentaria del primer ministro Benjamin Netanyahu aprobara inicialmente un proyecto de ley para limitar los poderes de supervisión de la Corte Suprema, y siguió adelante con los polémicos cambios propuestos en el poder judicial a pesar de la oposición generalizada.
La legislación es uno de varios proyectos de ley propuestos por los aliados ultranacionalistas y ultraortodoxos de Netanyahu. El plan ha provocado meses de protestas sostenidas por parte de opositores que dicen que está empujando al país hacia un gobierno autoritario.
Los activistas contra la reforma han convocado manifestaciones masivas en todo el país durante todo el día, incluidas protestas en el principal aeropuerto internacional de Israel que podrían interrumpir los viajes.
La policía limpió a los manifestantes que bloquearon una arteria principal que conduce a Jerusalén con un cañón de agua y los oficiales arrestaron a varios otros que habían obstruido una carretera junto a la ciudad central de Modiin. Los manifestantes bloquearon una carretera principal en Haifa con una gran pancarta que decía “juntos saldremos victoriosos”, entorpeciendo el tráfico a lo largo de la playa.
Los aliados de Netanyahu han propuesto una serie de cambios en el sistema legal israelí destinados a debilitar lo que dicen son los poderes excesivos de los jueces no elegidos. Los cambios propuestos incluyen dar a los aliados de Netanyahu el control sobre el nombramiento de jueces y otorgar al parlamento el poder de anular las decisiones judiciales.
Netanyahu suspendió el plan de reforma en marzo después de semanas de protestas masivas. Pero el mes pasado, decidió revivir el plan después de que colapsaron las conversaciones con la oposición política destinadas a encontrar un compromiso.
El gobierno de Netanyahu, que asumió el cargo en diciembre, es el ultranacionalista y ultraortodoxo de línea más dura en los 75 años de historia de Israel. Sus aliados propusieron los cambios radicales en el poder judicial después de que el país celebrara sus quintas elecciones en menos de cuatro años, todas vistas como un referéndum sobre la aptitud de Netanyahu para servir como primer ministro mientras es juzgado por corrupción.
Los críticos del plan dicen que trastornará el frágil sistema de controles y equilibrios del país y concentrará el poder en manos de Netanyahu y sus aliados. También dicen que Netanyahu tiene un conflicto de intereses porque está siendo juzgado por cargos de fraude, abuso de confianza y aceptación de sobornos, todo lo cual ha negado.
Una amplia franja de la sociedad israelí, incluidos oficiales militares de reserva, líderes empresariales, LGBTQ+ y otros grupos minoritarios, se han unido a las protestas.
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