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Las graves inundaciones que afectaron a Nueva Zelanda la semana pasada demuestran que el país no está actualmente preparado para hacer frente a los fenómenos meteorológicos extremos provocados por la crisis climática, ha dicho Jacinda Ardern.
Las declaraciones de la primera ministra se produjeron después de que cientos de hogares fueran evacuados en el extremo norte de la Isla del Sur, afectada por graves inundaciones y numerosos desprendimientos de tierra. Las ciudades del norte también se vieron muy afectadas por las lluvias torrenciales.
Durante un recorrido por la región más afectada de Nelson, Ardern habló de la importancia de aplicar el nuevo plan nacional de adaptación de su gobierno, una estrategia a largo plazo contra el cambio climático que se dio a conocer a principios de este mes.
En la actualidad, los mecanismos de respuesta no han seguido el “rápido ritmo” del cambio medioambiental, dijo Ardern, y añadió que el país tiene que hacer todo lo posible “para reducir los impactos” de la crisis climática.
Los efectos de las inundaciones en la ciudad de Nelson “no pueden ser exagerados”, dijo su alcaldesa Rachel Reese la semana pasada.
Alec Louverdis, que trabaja para la Defensa Civil de Nelson Tasman, dijo: “Los daños que vi en Nelson fueron desgarradores, y creo que estamos a años de distancia de una recuperación”.
El plan nacional de adaptación pretende crear un plan para que comunidades como Nelson sean más resistentes a los efectos cada vez más graves del cambio climático.
En su presentación, el ministro de Cambio Climático, James Shaw, dijo: “El cambio climático es un reto global, pero sus impactos se sienten en nuestras comunidades locales y en nuestros hogares.
“Ya hemos visto lo que puede ocurrir. Fenómenos meteorológicos graves que antes parecían impensables, incluso hace pocos años, se están produciendo ahora a un ritmo y con una intensidad que nunca antes habíamos experimentado.”
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