Los investigadores japoneses han presentado sus planes para construir una “base de gravedad artificial” en la Luna.
El concepto de base lunar, desarrollado en colaboración con la Universidad de Kioto y la empresa contratista Kajima Corp, también incluye un sistema de transporte lunar que podría trasladar a las personas entre la Tierra, la Luna y Marte.
La idea central es utilizar la fuerza centrífuga mediante movimientos de rotación para recrear la gravedad de la Tierra, que es seis veces mayor que la de la Luna.
“No hay ningún plan como éste en los planes de desarrollo espacial de otros países”, dijo Yosuke Yamashiki, director del Centro de Espaciología Humana SIC de la Universidad de Kioto, durante una conferencia de prensa en la que se dieron a conocer los planes, el Asahi Shimbun informó.
“Nuestro plan representa importantes tecnologías cruciales para garantizar que los seres humanos puedan desplazarse al espacio en el futuro”.
La instalación Lunar Glass también pretende imitar la biodiversidad de la Tierra a través de los bosques y los frentes de agua. Una versión simplificada podría estar terminada en 2050, mientras que una versión a escala real tardaría probablemente otros 70 años.
Otros países también están planeando bases permanentes en la Luna, entre ellos Estados Unidos, Rusia y China.
El programa Artemis de la Nasa tiene como objetivo que los seres humanos vuelvan a la Luna no antes de 2025, antes de que comience la construcción de una base lunar en 2026 o 2027.
La Estación Internacional de Investigación Lunar, una empresa conjunta de China y Rusia, también tiene un calendario similar. Ambos países firmaron un memorando de cooperación en marzo de 2021, con el objetivo declarado de construir una “obra multidisciplinar de investigación y polivalente” que rivalice con las instalaciones de la Nasa.
La Nasa ha advertido previamente sobre los riesgos para la salud de la exposición prolongada a la ingravidez y la baja gravedad, lo que significa que cualquier tecnología para contrarrestar estos efectos podría resultar útil.
“A medida que la idea de vivir en el espacio se hace más realista, el problema de la baja gravedad, del que me di cuenta intuitivamente cuando era niño, es un problema que debemos superar”, dijo Takuya Ono, investigador principal del contratista japonés Kajima.
“Estamos comprometidos a lograr el plan para que sea útil para los seres humanos”.
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