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El que fuera bateador de los Rangers de Texas, Josh Hamilton, se declaró culpable el martes de un delito menor en un caso derivado de un altercado con su hija adolescente, según informaron las autoridades.
Hamilton, de 40 años, se declaró culpable en Fort Worth, Texas, el martes de restricción ilegal bajo un acuerdo de culpabilidad que desestima una acusación de delito grave en 2020 por lesiones a un niño, dijo la Oficina del Fiscal del Distrito Penal del Condado de Tarrant en publicaciones en las redes sociales.
El juez estatal de distrito Mike Thomas sentenció a Hamilton a un año de libertad condicional diferida, le impuso una multa de 500 dólares y le ordenó pagar los costos de la corte, hacer servicio comunitario y asistir a clases de paternidad y manejo de la ira. Thomas le ordenó no consumir alcohol, someterse a pruebas aleatorias de drogas en orina y no tener contacto con la hija que retuvo. Si cumple con los requisitos de la libertad condicional, el cargo será desestimado.
Los abogados de Hamilton habían dicho que el jugador del Salón de la Fama de los Rangers de Texas era inocente de haber lesionado a un niño.
Su hija de 14 años dijo a su madre, la ex esposa de Hamilton, que su padre la golpeó después de enfurecerse por un comentario de ella.
Según una declaración jurada de un detective del Departamento de Policía de Keller, la hija de Hamilton dijo a la policía que él se enfureció el 30 de septiembre de 2019. Ella dice que le hizo un comentario a Hamilton que lo molestó, por lo que él le lanzó una botella de agua llena por encima, golpeándola en el pecho, y luego la maldijo y le gritó.
Él apartó la silla en la que ella apoyaba los pies y la lanzó, rompiendo la silla, dijo a los detectives. No la golpeó, pero la agarró por los hombros y la levantó de la silla en la que estaba sentada. Ella cayó al suelo y él la levantó, se la echó al hombro y la llevó a su dormitorio.
La chica dijo que en ese momento le dijo a Hamilton: “Lo siento”. Al llegar a la puerta de su dormitorio, él arrojó a la adolescente sobre su cama, le presionó la cara contra el colchón y comenzó a golpearle las piernas con la mano abierta y el puño cerrado.
Dijo que después de que terminara de golpearla, le dijo que esperaba que le dijera al juez “lo mal padre que soy para no tener que verte más y que no tengas que volver a venir a mi casa.”
Cuando salió de la habitación, la hija de Hamilton dijo que él le dijo que recogiera sus cosas para ir al colegio. Cuando ella le contestó que ya las había metido en el coche, él le respondió: “Vaya, eres la niña perfecta”.
El asunto “ha sido una pesadilla, por decirlo suavemente”, según una declaración leída en nombre de la hija cuando Hamilton se declaró culpable.
“Mi madre me ha enseñado a perdonar y a querer bien, a poner límites y a rezar por los que nos hacen daño, pero no siempre es fácil. Espero por el bien de todos que reciba la ayuda que necesita”, dijo.
Hamilton también tiene otras dos hijas con su ex esposa, Katie Chadwick Hamilton.
Después de que Hamilton fuera la primera selección general de la escuela secundaria en el draft amateur de 1999 por Tampa Bay, su carrera estuvo a punto de ser destruida por la adicción a la cocaína y el alcohol. Regresó al béisbol con Cincinnati y debutó en las grandes ligas en 2007, cuando conectó 19 jonrones en 90 partidos, antes de ser traspasado a los Rangers. Formó parte de sus dos únicos equipos de Serie Mundial (2010 y 2011) y fue All-Star cinco temporadas seguidas.
Una impresionante exhibición en el Derby de Jonrones en el Yankee Stadium en 2008 fue un punto culminante de su carrera cuando el primer All-Star lideró la Liga Americana con 130 RBIs mientras bateaba .304 con 32 jonrones en su primera temporada completa. Conectó cuatro jonrones en la Serie de Campeonato de la AL de 2010 y tuvo un juego de cuatro jonrones en Baltimore en 2012.
Hamilton dejó los Rangers en la agencia libre, firmando un contrato de 125 millones de dólares y cinco años con los Ángeles de Los Ángeles antes de la temporada 2013. Se estaba recuperando de una cirugía en el hombro cuando los Ángeles lo canjearon de vuelta a Texas en 2015 después de sus dos temporadas plagadas de lesiones con Los Ángeles. Jugó 50 partidos para Texas en 2015, pero nunca más después de someterse a una cirugía al menos tres veces después.
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