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La vicepresidenta de Estados Unidos, Kamala Harris, ha pedido que se prohíban los rifles de asalto y ha dicho que el país está sufriendo “una epidemia de odio”.
La Sra. Harris hizo estas declaraciones en el funeral de Ruth Whitfield, de 86 años, la mayor de las 10 personas asesinadas en un ataque racista en un supermercado de Buffalo.
La Sra. Harris, dirigiéndose a los dolientes, dijo que era el momento de que “toda la gente buena” se enfrentara a la injusticia.
“Creo que nuestra nación en este momento está experimentando una epidemia de odio”, dijo la Sra. Harris, añadiendo que “no dejaremos que aquellas personas que están motivadas por el odio nos separen o nos hagan sentir miedo.”
A continuación, la vicepresidenta visitó un monumento en memoria de las víctimas en el exterior del supermercado donde el presidente Joe Biden y la primera dama Jill Biden habían depositado flores el 17 de mayo.
Dijo a los periodistas que la administración de Biden no está “sentada esperando a averiguar cuál es la solución” al problema de la violencia con armas de fuego en el país.
“Sabemos lo que funciona al respecto. Vamos a prohibir las armas de asalto”, dijo, reiterando la necesidad de comprobar los antecedentes y prohibir las armas de asalto.
“Un arma de asalto es un arma de guerra que no tiene cabida, no tiene lugar en la sociedad civil. Comprobación de antecedentes: ¿Por qué debería alguien poder comprar un arma que puede matar a otros seres humanos sin al menos saberlo? Oye, esa persona ha cometido un delito violento antes, ¿es una amenaza para sí misma o para los demás?”. dijo la Sra. Harris.
Instó a la nación a unirse y “mantenerse fuerte”, identificando “la diversidad como nuestra unidad”.
Su discurso improvisado se produce tras dos tiroteos masivos en Estados Unidos.
El 14 de mayo, Payton Gendron, de 18 años y de raza blanca, disparó contra 13 personas en el Tops Friendly Market, en un barrio predominantemente negro. Sólo tres personas sobrevivieron.
Se le acusa de asesinato en primer grado y está detenido sin fianza. Las autoridades federales están investigando el tiroteo masivo como un crimen de odio.
La semana pasada, otro hombre armado irrumpió en la escuela primaria Robb en Uvalde, Texas, y mató a 19 niños y dos profesores.
“Este es un momento que requiere que toda la gente buena, toda la gente que ama a Dios se levante y diga que no vamos a tolerar esto. Ya es suficiente”, dijo la Sra. Harris durante el servicio.
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