Kosovo aplazó el sábado las elecciones locales previstas para el 18 de diciembre en cuatro municipios de población predominantemente serbia, en un esfuerzo por calmar las recientes tensiones que han provocado un mayor deterioro de las relaciones con la vecina Serbia.
El Presidente Vjosa Osmani se reunió con los líderes políticos de Kosovo y decidió celebrar la votación en los municipios del norte el 23 de abril del próximo año.
Las elecciones en Mitrovica Norte, Zubin Potok, Zvecan y Leposavic debían celebrarse después de que los representantes de etnia serbia dimitieran de sus cargos en noviembre en protesta por la decisión del gobierno de Kosovo de prohibir las matrículas de vehículos emitidas por Serbia.
Los legisladores, fiscales y policías serbios también abandonaron sus puestos en el gobierno local.
La tensión en el norte ha sido alta antes de la votación programada. Esta semana, unos desconocidos dispararon e hirieron a un agente de la ley de Kosovo, algunos centros electorales sufrieron daños y se oyeron disparos en esos municipios.
El ministro del Interior de Kosovo, Xhelal Zvecla, declaró el sábado que, tras la detención de un ex policía serbio acusado de atacar centros y funcionarios electorales, algunas carreteras del norte han sido bloqueadas por “grupos extremistas.”
La presencia de la policía kosovar se ha incrementado recientemente en esas zonas y la misión de Estado de Derecho de la Unión Europea, o EULEX, también ha estado presente con sus agentes de policía.
Kosovo proclamó su independencia de Serbia en 2008. Pero Belgrado, apoyado por Rusia y China, se ha negado a reconocer la condición de Estado de Kosovo.
El primer ministro serbio dijo el viernes que la dirección del país estaba a punto de exigir el despliegue de sus tropas de seguridad en Kosovo, alegando que las vidas de la minoría serbia allí estaban amenazadas. El regreso de las tropas de Belgrado a la antigua provincia serbia podría aumentar drásticamente las tensiones en los Balcanes.
Las autoridades serbias afirman que una resolución de las Naciones Unidas que puso fin formalmente a la sangrienta represión de Belgrado contra los separatistas albanokosovares mayoritarios en 1999 permite el regreso de unos 1.000 soldados serbios a Kosovo. La OTAN bombardeó Serbia para poner fin a la guerra y expulsar a sus tropas de Kosovo.
Las fuerzas de mantenimiento de la paz dirigidas por la OTAN en Kosovo desde la guerra tendrían que dar luz verde para que las tropas serbias fueran allí, algo muy poco probable porque significaría de facto entregar la seguridad de las regiones septentrionales de Kosovo, pobladas por serbios, a las fuerzas serbias.
La oficina del primer ministro de Kosovo, Albin Kurti, dijo que cualquier movimiento de este tipo por parte de Serbia sería “un acto de agresión” y una indicación de “las tendencias de Serbia a desestabilizar la región.”
La Unión Europea ha advertido a Serbia y Kosovo que deben resolver su disputa y normalizar sus relaciones para poder ser miembros del bloque.
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Llazar Semini informó desde Tirana, Albania.
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