El canciller alemán, Olaf Scholz, se ha convertido en el último líder europeo en sentarse a distancia de Vladimir Putin en la gigantesca mesa de conferencias del Kremlin, mientras intentaba rebajar las tensiones sobre Ucrania.
Scholz se reunió con el presidente ruso en Moscú el martes en el último impulso diplomático sobre la crisis de Ucrania, y al igual que el presidente francés Emmanuel Macron la semana pasada, el líder alemán decidió no tener una prueba Covid tomada por los rusos.
En su lugar, un médico de la embajada alemana en Moscú administró una prueba de PCR a bordo del avión cuando aterrizó en Moscú hoy temprano, según una fuente del gobierno alemán.
En consecuencia, el Sr. Scholz fue fotografiado hoy sentado en el extremo opuesto de la mesa del líder ruso – a por lo menos 3 metros de distancia – lo que llevó a una mayor diversión en las redes sociales en las conversaciones socialmente distanciadas.
En las últimas semanas, Putin también ha recibido al hombre fuerte de Hungría, Viktor Orban -su aliado más cercano en la Unión Europea- y al presidente iraní, Ebrahim Raisi, manteniendo en ambos casos la distancia con sus homólogos en los extremos opuestos de la extravagantemente grande mesa.
Al parecer, a los líderes mundiales que visitan Moscú se les da a elegir entre aceptar una prueba realizada por las autoridades rusas y que se les permita acercarse al Sr. Putin o negarse y mantenerse a distancia.
Tras la visita del Sr. Macron la semana pasada, una fuente del gobierno francés dijo: “Sabíamos muy bien que (rechazar una prueba rusa de Covid) significaba no tener un apretón de manos y esa larga mesa. Pero no podíamos aceptar que tuvieran en sus manos el ADN del presidente”.
“Se trata de desconcertar al adversario -los dirigentes del Estado no están acostumbrados a que se les trate así, por lo que suele ser bastante eficaz- y, al mismo tiempo, de señalar a los partidarios que el Sr. Putin tiene la sartén por el mango. Es lo que los rusos llaman un ‘trolling sutil’ (tonkiy trolling)”, dijo la semana pasada.
Se espera que las conversaciones del Sr. Scholz con el Sr. Putin sean prolongadas, ya que las tensiones se mantienen a fuego lento por una posible invasión rusa de Ucrania.
En su discurso de apertura en el Kremlin, Scholz abordó las tensiones en Ucrania, pero también señaló los vínculos económicos de Alemania con Rusia, que complican los esfuerzos de Occidente para acordar qué sanciones utilizar en caso de invasión.
Esto se produce cuando Moscú dijo hoy que algunas unidades que participaban en los ejercicios militares estaban regresando a sus bases, lo que apunta a una posible desescalada de las hostilidades. Sin embargo, la OTAN dijo más tarde que no había visto signos de reducción de la presencia militar rusa cerca de las fronteras de Ucrania.
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