La cárcel de Pakistán donde los presos aprenden música clásica

Hay una pared decorada con grabados de notas musicales y músicos que tocan la batería, la guitarra y el armonio.

Junto a la pared, están sentados un profesor de música y sus alumnos. Se oyen los tambores, el armonio y las melodiosas voces que cantan melodías clásicas. Estas no son escenas de un club de música, sino de una sala de la cárcel central de Quetta donde los presos aprenden música y otras artes.

La administración de la cárcel ha iniciado un programa de lecciones para la rehabilitación de los presos por instrucción especial del inspector general de la cárcel.

Azizullah dijo que estaba preocupado por su futuro, pero que se siente mejor después de empezar sus clases de música.

“He venido aquí para aprender algo y hacer algo nuevo cada día. Y hay un profesor que nos instruye en música”, dijo.

Añadió que el profesor le anima en sus estudios. También ha aprendido los doce ‘raags’ [classical Indian melodies] y a cantar.

Azizullah ha decidido ahora dominar este arte para hacerse un nombre en él. No sólo toca el armonio, sino que también canta. Dijo que después de su liberación tiene la intención de estudiar música y también tratará de enseñar a otros.

Antes de este plan, no había ninguna disposición para la enseñanza de la música u otras artes en la cárcel de Quetta.

Los funcionarios de la prisión dicen que las actividades tienen como objetivo reformar a los reclusos e inspirarlos a no repetir los delitos por los que están cumpliendo condena. Las clases de música se imparten diariamente en la cárcel y el propio profesor es un preso.

Revisado y corregido por Tooba Ali y Celine Assaf