Una Comisión de la Verdad presentó el martes su informe final sobre el conflicto armado en Colombia, en el que insta al gobierno, a los militares y a los grupos rebeldes que siguen luchando en el campo a reconocer el sufrimiento que han padecido las víctimas y a garantizar que las disputas políticas dejen de resolverse mediante la violencia.
La comisión está formada por académicos y representantes de grupos de la sociedad civil y fue creada como parte de un acuerdo de paz de 2016 entre el gobierno y las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia que puso fin a cinco décadas de conflicto en el que murieron al menos 450.000 personas.
Se le encargó documentar los crímenes de guerra y publicar sus conclusiones en un formato digital que estará a disposición del público. La comisión también emitió una serie de recomendaciones destinadas a impedir que futuros conflictos arraiguen en Colombia, incluyendo cambios en la política de drogas y transformaciones en las fuerzas militares de la nación.
El informe final de la comisión se basa en entrevistas con 30.000 víctimas de la guerra, líderes militares, ex guerrilleros y cinco ex presidentes colombianos.
El informe de 900 páginas dice que 50.000 personas fueron secuestradas entre 1990 y 2018 como resultado del conflicto armado de Colombia, a menudo por grupos rebeldes que mantenían a los rehenes por azar. También mencionaba que más de 7 millones de personas se vieron obligadas a huir de sus hogares y que 56.000 civiles murieron a manos de las fuerzas armadas de Colombia, incluidas 6.300 personas que fueron asesinadas en zonas remotas y presentadas a las autoridades como combatientes rebeldes muertos en combate.
El informe pedía cambios importantes en las fuerzas militares y policiales de Colombia, que han recibido más de 8.000 millones de dólares de Estados Unidos en las últimas dos décadas.
El informe dice que los objetivos del ejército deben ser reevaluados y que todas las violaciones de los derechos humanos cometidas por las fuerzas de seguridad deben ser juzgadas por tribunales civiles.
El informe de la Comisión de la Verdad también aborda la violencia relacionada con la droga en Colombia y pide al gobierno del país que regule el comercio de la droga para que sus beneficios vayan a parar a los organismos gubernamentales y no a los grupos de narcotraficantes. Sugiere que Colombia reinicie las negociaciones de paz con el Ejército de Liberación Nacional, el mayor grupo rebelde que queda en Colombia.
Las recomendaciones de la Comisión de la Verdad no son legalmente vinculantes. Sin embargo, es probable que el nuevo gobierno de Colombia, que tomará posesión en agosto, aplique algunas de ellas. El presidente electo Gustavo Petro asistió a la ceremonia en la que se presentó el informe al público y dijo que sus recomendaciones “pasarán efectivamente a formar parte de la historia de Colombia”.
El senador izquierdista, que fue miembro de un grupo rebelde, dijo durante su campaña que restablecerá las relaciones diplomáticas con la vecina Venezuela, cuyo gobierno socialista no es reconocido por Estados Unidos. Petro también ha pedido que se reformen las fuerzas de defensa de Colombia, sugiriendo que la policía debería dejar de ser utilizada para operaciones militares y estar bajo una mayor supervisión civil.
A la ceremonia de presentación no asistió el presidente Iván Duque, que se encontraba en Portugal para asistir a la Conferencia de la ONU sobre los Océanos. Así que su presidente, el sacerdote jesuita Francisco de Roux, entregó en su lugar el informe y sus recomendaciones a Petro.
“Confiamos en que el presidente Petro incorporará estas recomendaciones en los espacios institucionales de diálogo y debate, para que podamos hacer los cambios que se necesitan”, dijo De Roux.
Otro tribunal de crímenes de guerra, llamado Jurisdicción Especial para la Paz, también está investigando los crímenes ocurridos durante el conflicto armado.
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