El Defensor del Pueblo de la Unión Europea acusó el viernes a la Comisión Europea de mala administración por no revelar los mensajes de texto que la jefa del Ejecutivo comunitario, Ursula von der Leyen, intercambió con el jefe de Pfizer, Albert Bourla, para sellar un acuerdo sobre la vacuna COVID-19.
En una entrevista realizada en abril, von der Leyen reveló que había intercambiado mensajes de texto con Bourla durante un mes cuando negociaban un contrato de vacunas. Pero en respuesta a una solicitud de acceso público de un periodista, la Comisión dijo posteriormente que no se había guardado ningún registro de esos mensajes.
“La estrechez de miras con la que se trató esta solicitud de acceso público hizo que no se intentara identificar si existían mensajes de texto”, dijo la defensora del pueblo Emily O’Reilly.
“La Defensora del Pueblo consideró que esto equivalía a una mala administración”, dijo en un comunicado, en el que pedía a la Comisión que volviera a comprobar si existían los mensajes pertinentes y que respondiera a la recomendación antes del 26 de abril.
Más tarde, el viernes, un portavoz de la Comisión se negó a comentar si los textos habían sido cancelados y si se habían intercambiado con un teléfono privado o profesional.
Dijo a los periodistas que el ejecutivo de la UE respondería al Defensor del Pueblo antes de la fecha límite y señaló que las normas de la UE exigen que la Comisión registre los documentos, sin que exista un requisito específico de almacenar los mensajes de texto mientras no sean tratados como documentos.
Las recomendaciones del Defensor del Pueblo no son vinculantes, pero suelen dar lugar a un mayor escrutinio por parte del Parlamento Europeo.
“La Comisión Europea se ha vuelto menos transparente, menos responsable ante el Parlamento Europeo y francamente más desvinculada de la democracia europea”, dijo la legisladora liberal europea Sophia In ‘t Veld, miembro de la misma agrupación que el partido del presidente francés Emmanuel Macron.
El acuerdo negociado a través de mensajes de texto y llamadas, según dijo la propia von der Leyen en su entrevista con el New York Times, fue el mayor contrato jamás sellado para las vacunas COVID-19, comprometiéndose la UE a comprar 900 millones de vacunas de Pfizer-BioNTech, con opción a comprar otros 900 millones.
Cuando se anunció formalmente el acuerdo en mayo, la UE ya se había asegurado cientos de millones de vacunas de varios fabricantes de medicamentos, incluyendo otros 600 millones de dosis de Pfizer y BioNTech en virtud de dos contratos anteriores con las dos empresas.
Reuters
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