Tl “dossier” de Blair sobre Irak es un documento escandaloso. Su lectura sólo puede llenar de vergüenza e indignación a un ser humano decente. Sus páginas son la prueba definitiva -si su contenido es cierto- de que en Irak se ha cometido un enorme crimen contra la humanidad. Porque si los detalles de la construcción de armas de destrucción masiva por parte de Saddam son correctos -y luego hablaré de los “si” y los “peros” y los “podría”- significa que nuestra política masiva, obstructiva y brutal de sanciones de la ONU ha fracasado totalmente. En otras palabras, hemos matado a medio millón de niños iraquíes para nada.
Volvamos al 12 de mayo de 1996. Madeleine Albright, la secretaria de Estado de EEUU, nos había dicho que las sanciones funcionaban y que habían impedido que Sadam reconstruyera armas de destrucción masiva (ADM). Nuestro gobierno conservador estuvo de acuerdo, y Tony Blair cumplió fielmente la línea. Pero el 12 de mayo, la Sra. Albright apareció en la televisión CBS. Leslie Stahl, el entrevistador, preguntó: “Hemos oído que han muerto medio millón de niños. Son más de los que murieron en Hiroshima. Y, ya sabe, ¿merece la pena el precio?” Ante el asombro del mundo, Albright respondió: “Creo que es una elección muy difícil, pero el precio, creemos que el precio vale la pena”.
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