Kittyhawk, la empresa de coches voladores respaldada por el cofundador de Google, Larry Page, va a cerrar, según ha anunciado la compañía.
“Hemos tomado la decisión de cerrar Kittyhawk. Todavía estamos trabajando en los detalles de lo que sigue”, tuiteó el miércoles.
La startup se fundó en 2010 para construir un mercado para los llamados aviones eléctricos de despegue y aterrizaje vertical (eVTOL) y estaba dirigida por Sebastian Thrun, un ex empleado de Google que trabajó en los coches de autoconducción.
En 2019, la compañía formó una empresa con Boeing que invirtió 450 millones de dólares en la sociedad de riesgo Wisk.
Sin embargo, se informa que esta asociación no se ve afectada por el cierre de Kittyhawk.
“La decisión de Kittyhawk de cesar sus operaciones no cambia el compromiso de Boeing con Wisk”, dijo un portavoz de Boeing a Fortune.
La reservada compañía comenzó a revelar algunos de sus proyectos en la última mitad de la década de 2010.
En 2017, reveló las características de Flyer, un eVTOL ultraligero diseñado para volar sobre el agua, que según la compañía se retiró en 2020 “después de más de 25.000 vuelos de prueba con éxito”.
La startup presentó entonces el avión eVTOL Cora al año siguiente, que presentaba importantes avances en “velocidad y seguridad”.
“Este ambicioso aerotaxi estableció la primera base de certificación de la FAA del mundo para aeronaves con pasajeros y pilotaje remoto”, señaló la empresa.
El avión fue desarrollado por la empresa conjunta Wisk de la compañía con Boeing.
Boeing, Airbus, Lockheed Martin y otras grandes empresas han invertido mucho en la investigación y el desarrollo de taxis aéreos, y se prevé que la demanda de estos eVTOLs sea de unos 850.000 millones de dólares para 2040, según Morgan Stanley.
Sin embargo, los expertos afirman que el mayor reto al que se ha enfrentado esta tecnología ha sido el de cambiar entre los modos de vuelo vertical y delantero.
Los taxis aéreos tampoco han recibido las certificaciones de los reguladores de la aviación para transportar seres humanos a gran escala.
Kittyhawk pretendía construir eVTOLs autónomos más pequeños y ligeros que pudieran “democratizar los cielos”.
“Si alguien puede hacerlo, nosotros también”, había señalado la empresa en su página web.
El cierre de la startup echa el telón a uno de los pioneros mundiales de los taxis voladores.
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