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Monica Vitti, la polifacética estrella de cine de “L’Avventura” de Michelangelo Antonioni y de otras películas italianas de alienación de los años 60, y posteriormente una destacada actriz cómica, ha fallecido. Tenía 90 años.
Su muerte fue anunciada el miércoles en Twitter por un ex ministro de Cultura, Walter Veltroni, quien dijo que su marido, el fotógrafo Roberto Russo, le había pedido que comunicara su muerte.
Vitti llevaba años alejada de los focos públicos, viviendo tranquilamente en Roma con su marido. Al parecer, padecía demencia.
En su época de glamour, en la década de 1960, era más conocida por sus papeles protagonistas en “L’Avventura”, “La Notte”, “Eclisse” (“Eclipse”) y “Red Desert”, todas ellas películas dirigidas por Antonioni, su amante en aquella época. Los dos eran el objetivo constante de los paparazzi.
“L’Avventura” le valió la atención y los elogios internacionales por su papel de mujer fría y gélida que se adentra en una relación con el amante de su novia desaparecida. En “Desierto rojo”, la última del ciclo, interpreta a una mujer que sufre una profunda y esquiva neurosis mientras lucha por enfrentarse a un mundo industrial transformado.
El pelo rubio y los ojos azules de Vitti la diferencian de las clásicas estrellas de la pantalla mediterránea, como la morena Sophia Loren.
El propio Antonioni rindió homenaje a su actuación en una proyección especial en el Museo de Arte Moderno de Nueva York en 1999, con motivo de la finalización de un proyecto de restauración de la película italiana.
“La protagonista, Giuliana, atraviesa una profunda crisis personal debido a su incapacidad de adaptación”, dijo, en declaraciones leídas por su esposa, Enrica.
Tras el fin de la relación de Vitti con Antonioni, no volvieron a trabajar juntos hasta 1980. En ese momento, cambió bruscamente de enfoque y empezó a hacer comedias, trabajando con los mejores directores y algunos de los principales actores italianos, como Alberto Sordi, un tragicómico, en películas cuyos personajes a menudo personificaban las fortalezas y debilidades de los italianos.
Aunque muchas de las películas no obtuvieron distribución o reconocimiento internacional, sus interpretaciones fueron recibidas con éxito en su país.
En 1970, Vitti protagonizó junto a Marcello Mastroianni la comedia romántica de Ettore Scola “Dramma della gelosia” (“El triángulo de la pizza”). En 1974, ganó el equivalente al Oscar italiano, el premio David di Donatello, como mejor actriz en “Polvere di Stelle”, de Sordi, uno de los cinco premios de este tipo que ha recibido en su carrera.
En 1974 protagoniza “El fantasma de la libertad”, de Luis Buñuel, un tratamiento surrealista de las hipocresías de la clase media, considerada su última gran película.
Su versatilidad la distingue de otras actrices de su época.
En una escena memorable de “Amore mio aiutami” (“Ayúdame, mi amor”), ella y Sordi ruedan por la arena intercambiando bofetadas y puñetazos. En una de sus dos únicas películas en inglés, participó en una parodia de espías con Terence Stamp y Dirk Bogarde en “Modesty Blaise”, de 1966.
Vitti nació como Maria Luisa Ceciarelli en Roma en 1931. De adolescente, apareció en producciones teatrales de aficionados, y luego estudió como actriz en la Academia Nacional de Arte Dramático de Roma. Su primer papel en el cine fue en “Ridere Ridere Ridere”, de Scola, en 1954. Su último papel fue “Scandalo Segreto” en 1989, que escribió, dirigió y protagonizó.
En 1995, el Festival de Cine de Venecia le concedió el León de Oro por su trayectoria profesional.
El primer ministro italiano Mario Draghi recordó a Vitti como “una actriz de gran ironía y extraordinario talento, que conquistó a generaciones de italianos con su espíritu, su bravura y su belleza. Aportó prestigio al cine italiano en todo el mundo”.
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Victor L. Simpson se retiró de The Associated Press en 2013. Colleen Barry colaboró desde Milán.
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