La inteligencia artificial se hará cargo de una de las voces más icónicas de la historia del cine después de que el actor que puso voz a Darth Vader cediera los derechos de su voz a una empresa de IA.
James Earl Jones, que debutó como el Star Warsvillano en 1977, habría aceptado que la empresa ucraniana Respeecher clonara su voz y grabara nuevas líneas para las películas y series propiedad de Disney.
A los 91 años, el Sr. Earl Jones dijo a los ingenieros de sonido que “estaba pensando en retirarse”, según un informe de Vanity Fair, lo que les permitió explorar nuevas formas de mantener el personaje.
La tecnología de clonación de voz ya se ha puesto en práctica en Obi-Wan Kenobi, una miniserie de Disney Plus que se estrenó este año.
La serie utilizaba una voz generada por la IA que se basaba en cómo sonaba el señor Earl Jones en las películas originales de hace 45 años, en lugar de versiones posteriores como en la de 2019 El ascenso de Skywalker película.
La tecnología de Respeecher también se utilizó para una versión más joven de Luke Skywalker en El Mandaloriano.
La startup afirma que basta con una o dos horas de grabaciones de calidad para clonar la voz de una persona mediante su software de síntesis de voz.
La tecnología también se está probando en pacientes con cáncer de laringe para ofrecer reemplazos de voz en tiempo real a través de cajas de voz electrónicas.
La creación de una voz indistinguible de la original permitirá que las franquicias sigan funcionando mucho después de que los miembros del reparto original ya no puedan trabajar, sin embargo, también plantea preocupaciones sobre las tecnologías de falsificación profunda impulsadas por la IA.
Respeecher reconoció en un comunicado de prensa que los medios sintéticos podrían ser “perjudiciales en las manos equivocadas” y dijo que estaba trabajando en cómo controlarlos.
“La amplia atención y adopción de las tecnologías deepfake acelerará la necesidad de regular el se de la tecnología”, escribió la startup.
“Respeecher siempre prioriza la eliminación de la posibilidad de que otros se vean perjudicados por las tecnologías deepfake, lo que no puede hacerse sin unir a varios actores de la industria de los medios de comunicación y las partes interesadas en torno al objetivo de adoptar las tecnologías de medios sintéticos de la manera más ética.”
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