La inflación anual en Turquía se situó el jueves en casi el 49%, alcanzando el nivel más alto de los últimos 20 años y mermando aún más la capacidad de los ciudadanos para comprar incluso cosas básicas como los alimentos.
El Instituto Turco de Estadística indicó que el índice de precios al consumo aumentó algo más del 11% en enero con respecto al mes anterior. El aumento anual de los precios de los alimentos fue superior al 55%, según los datos.
La tasa de inflación fue la más alta desde abril de 2002 en un país que se enfrenta a una agitación económica y una crisis monetaria, provocada por una serie de recortes de los tipos de interés.
El presidente Recep Tayyip Erdogan se ha declarado “enemigo” de los tipos de interés elevados, insistiendo en que causan inflación, una postura que contradice el pensamiento económico establecido.
El banco central de Turquía ha recortado los tipos en 5 puntos porcentuales desde septiembre, hasta el 14%, antes de pausarlos en enero.
Erdogan prometió esta semana que su gobierno “reduciría la espiral de alta inflación con cada mes que pasa” y la eliminaría por completo “después de un tiempo”.
Los partidos de la oposición han cuestionado la independencia del Instituto Turco de Estadística y han puesto en duda sus datos. El Grupo de Investigación sobre la Inflación, que es independiente, sitúa la inflación anual real de Turquía en un asombroso 114,87%.
La semana pasada, Erdogan sustituyó al director del instituto de estadística. No se dio ninguna razón para el cambio.
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