La libertad de los medios de comunicación en China está disminuyendo a una “velocidad vertiginosa”, ya que el gobierno comunista está encontrando nuevas formas de intimidar a los periodistas internacionales, dijo el Club de Corresponsales Extranjeros de China (FCCC) en su encuesta clave. informe anual.
Publicado el lunes, el informe afirma que el gobierno ha “respaldado” o llevado a cabo ataques contra periodistas extranjeros y sus colegas chinos mediante “trolling online, agresiones físicas, ciberpiratería y denegación de visados”.
Los periodistas extranjeros y sus familias han sido objeto de “graves ataques” por parte del Estado, lo que ha llevado a al menos seis reporteros a abandonar la China continental en 2021, según el informe.
En abril de 2021, China calificó al FCCC de “organización ilegal” por sus críticas a la pésima situación de la libertad de prensa en China, así como a las violaciones de los derechos humanos de las minorías uigures en Xinjiang.
El 99% de los periodistas extranjeros que respondieron a la encuesta dijeron que las condiciones “no cumplían las normas internacionales”.
El informe sugiere que los periodistas locales de Hong Kong también están en el punto de mira, especialmente tras la imposición de leyes draconianas de seguridad nacional en junio de 2020.
China ocupa el puesto 177 de 179 países en la Clasificación Mundial de la Libertad de Prensa de 2021, y ha seguido intensificando la represión de los medios de comunicación durante el mandato del presidente Xi Jinping.
“En particular, las organizaciones de noticias se enfrentan a las advertencias de que su información puede exponerlos a sanciones legales o demandas civiles, o – lo más inquietante – a las investigaciones de seguridad nacional”, dijo David Rennie, jefe de la oficina de Beijing para el Economist.
El aumento de la amenaza legal se produce después de que Haze Fan, de Bloomberg News, y el presentador australiano Cheng Lei fueran detenidos en 2020 por acusaciones de estar involucrados en casos de seguridad del Estado.
John Sudworth, un corresponsal de la BBC que abandonó Pekín en marzo del año pasado tras las amenazas de acciones legales, recordó: “Cuando nos apresuramos a salir, los policías de paisano que nos seguían a nosotros y a nuestros hijos pequeños hasta el aeropuerto fueron la prueba final de los peligros a los que nos enfrentábamos y de la profunda intolerancia de China hacia el periodismo independiente.”
Según un reciente informe de Reporteros sin Fronteras, China es el peor carcelero del mundo de personal de los medios de comunicación, con al menos 127 periodistas detenidos actualmente por las autoridades chinas.
El simple hecho de investigar un tema “sensible” o de publicar una información censurada, puede dar lugar a años de detención en cárceles insalubres, donde los malos tratos pueden conducir a la muerte”, ha declarado la organización.
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