La junta gobernante de Malí ha ordenado este lunes al embajador francés que abandone el país de África Occidental, según un comunicado del gobierno, en medio de las crecientes tensiones entre Malí y sus socios internacionales.
La acción pone en entredicho una operación militar antiterrorista dirigida por Francia y presente en Malí a petición de los dirigentes malienses.
Un diplomático francés dijo que el gobierno francés tomó nota de la decisión de Malí y reiteró el compromiso de Francia con la estabilización y el desarrollo de la región del Sahel, sin dar más detalles. El diplomático habló bajo condición de anonimato para hablar de la delicada situación diplomática.
Este último episodio de la crisis diplomática entre Malí y sus socios extranjeros se produce días después de que el gobierno maliense ordenara a los soldados daneses desplegados en la operación militar Takuba, dirigida por Francia, que abandonaran Malí. Además, a principios de este mes, el grupo regional CEDEAO impuso sanciones a Malí y los dirigentes malienses expulsaron a su representante del país.
Las tensiones entre Malí y sus aliados europeos y regionales han aumentado en las últimas semanas, ya que el líder interino de Malí, el coronel Assimi Goita, ha retrasado las elecciones hasta 2026, ha consolidado su control y se ha mostrado reacio a respetar los acuerdos internacionales de Malí.
El gobierno maliense convocó el lunes al embajador francés Joel Meyer y le dijo que tenía 72 horas para abandonar el país, según un comunicado del gobierno maliense anunciado en la televisión estatal.
“Esta medida es consecuencia de los comentarios hostiles e indignantes realizados recientemente por el ministro francés de Europa y Asuntos Exteriores y de la recurrencia de tales comentarios por parte de las autoridades francesas con respecto a las autoridades malienses, a pesar de las reiteradas protestas”, añade el comunicado.
El comunicado no especifica a qué comentarios franceses se refiere.
El ministro de Asuntos Exteriores francés, Jean-Yves Le Drian, dijo la semana pasada que la junta de Malí es “ilegítima y toma medidas irresponsables”.
Los ministros del gobierno francés han dicho en los últimos días que quieren mantener las tropas en Malí, pero han pedido nuevas discusiones con los líderes de Malí y las potencias regionales sobre las condiciones para que se queden.
Desde un segundo golpe de Estado en mayo de 2021 y la llegada del primer ministro Choguel Maiga, la tensión ha aumentado entre las autoridades de transición de Malí y el gobierno francés. La situación se agravó después de que algunos países europeos, entre ellos Francia, expresaran su preocupación por el hecho de que el gobierno interino de Malí haya aceptado la presencia de contratistas de seguridad rusos del Grupo Wagner en su territorio.
El mes pasado, la UE impuso sanciones a ocho personas y tres empresas petroleras vinculadas a Wagner, a la que se acusa de abusos de derechos en la República Centroafricana, Libia y Siria.
Malí lleva luchando contra una insurgencia islámica en el norte desde 2012, y en 2013 Francia intervino en su antigua colonia para detener a los yihadistas que se habían apoderado de franjas del extenso país, también a petición de los dirigentes malienses.
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Charlton informó desde París.
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