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El principal líder de la oposición bielorrusa fue juzgado el martes en rebeldía, denunció que el proceso era una farsa e instó a Occidente a reforzar el apoyo a la atribulada oposición del país.
Sviatlana Tsikhanouskaya fue la principal contrincante en las elecciones presidenciales de agosto de 2020 que prorrogaron el mandato del presidente Alexander Lukashenko y fueron rechazadas por la oposición bielorrusa y Occidente como una farsa.
Tsikhanouskaya, que abandonó el país ex soviético poco después de la votación por presiones de las autoridades, está siendo juzgada en rebeldía junto con otras cuatro destacadas figuras de la oposición. Se enfrenta a cargos de alta traición, conspiración para tomar el poder y atentar contra la seguridad nacional, y podría ser condenada a 20 años de prisión.
Tsikhanouskaya declaró que se enteró por los medios de comunicación del juicio, que se celebra a puerta cerrada, y añadió que no pudo ponerse en contacto con su abogado designado por las autoridades bielorrusas.
“Parece una farsa”, dijo Tsikhanouskaya a The Associated Press en una entrevista en Davos, Suiza, donde asiste a un foro económico mundial. “Me condenarán a años y años. El juez me dará tantos años como se le ordene”.
En diciembre de 2021, el marido de Tsikhanouskaya, Siarhei Tsikhanouski, fue declarado culpable y condenado a 18 años de prisión acusado de organizar disturbios masivos e incitar al odio, cargos que él rechazó. El lunes, las autoridades lanzaron nuevas acusaciones contra él.
“El abogado le visita una vez a la semana sólo para comprobar si al menos está vivo, porque las condiciones en las cárceles son horribles”, declaró Tsikhanouskaya a AP. “Lo metían muy a menudo en celdas de castigo y, cuando estás en la cárcel, no tienes derechos en absoluto”.
Su marido, un popular videobloguero y activista, planeaba desafiar a Lukashenko en las elecciones de agosto de 2020, pero fue detenido en mayo de 2020, dos días después de que declarara su candidatura. Tsikhanouskaya, antigua profesora de inglés, se presentó en su lugar.
Tsikhanouskaya y otros activistas de la oposición rechazaron los resultados oficiales que otorgaban a Lukashenko un sexto mandato por considerarlos fraudulentos. La votación desencadenó una oleada de protestas masivas sin precedentes, la mayor de las cuales fue la de 200.000 personas que salieron a las calles de Minsk, la capital bielorrusa. El gobierno de Lukashenko respondió con una violenta represión de las manifestaciones, deteniendo a más de 35.000 personas y golpeando brutalmente a miles.
Las autoridades han continuado su represión, y 1.438 personas se encuentran actualmente en prisión en Bielorrusia acusadas de motivos políticos, según grupos de derechos humanos.
Tsikhanouskaya instó a Occidente a presentar una estrategia clara sobre Bielorrusia e impulsar el apoyo a la oposición del país.
Destacó que respaldar a la oposición es especialmente importante, ya que Rusia utilizó el territorio bielorruso para invadir Ucrania el 24 de febrero y sigue estacionando sus tropas y armas en territorio bielorruso. Tsikhanouskaya señaló que los activistas de la oposición en Bielorrusia ayudan a recopilar información sobre los movimientos de las tropas rusas en el país, y añadió que “entregamos esta información a Ucrania.”
“No quiero que el mundo pase por alto a Bielorrusia, quiero explicar una vez más por qué Bielorrusia es importante, que sin una Bielorrusia segura, libre y democrática, no habrá paz estable en la región”, dijo Tsijánouskaya.
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Yuras Karmanau colaboró en este reportaje desde Tallin, Estonia.
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