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El taxi de la tripulación de Boeing regresó a la Tierra desde la Estación Espacial Internacional el miércoles, completando un vuelo de prueba repetido antes de que los astronautas de la Nasa suban a bordo.
El viaje de vuelta fue rápido: La cápsula Starliner se lanzó en paracaídas en el desierto de Nuevo México apenas cuatro horas después de abandonar el laboratorio orbital, con airbags conectados para amortiguar el aterrizaje. Sólo había un maniquí a bordo.
Aparte de los fallos de los propulsores y de los inconvenientes del sistema de refrigeración, el Starliner pareció cerrar su crucero de prueba, dos años y medio después de su fallido primer intento.
Los astronautas de la Nasa serán los siguientes en viajar a la estación espacial. La agencia espacial lleva mucho tiempo queriendo contar con dos empresas estadounidenses que transporten a los astronautas, para tener más seguridad al reducir drásticamente su dependencia de Rusia para los viajes de ida y vuelta a la estación espacial.
SpaceX, de Elon Musk, ya es el líder establecido, lanzando astronautas desde 2020 e incluso turistas. Sus cápsulas de tripulación chapotean en la costa de Florida, el Starliner de Boeing regresa al extenso y desolado campo de tiro de White Sands, en Nuevo México.
Boeing desechó su primer intento de llegar a la estación espacial en 2019, después de que errores de software dejaran la cápsula en una órbita equivocada y casi la condenaran. La compañía arregló los fallos y lo volvió a intentar el verano pasado, pero unas válvulas corroídas detuvieron la cuenta atrás. Tras más reparaciones, Starliner despegó finalmente de Cabo Cañaveral el pasado jueves y se acopló a la estación espacial el viernes.
Los astronautas de la estación probaron los sistemas de comunicación e informáticos del Starliner durante sus cinco días en la estación espacial. También descargaron cientos de libras (kilogramos) de comestibles y otros suministros que volaron en la cápsula Boeing, y luego la llenaron con tanques de aire vacíos y otros equipos desechados.
Una bandera estadounidense doblada enviada por Boeing se quedó atrás, para ser recuperada por la primera tripulación del Starliner.
“Estamos un poco tristes de verla partir”, dijo por radio el astronauta de la estación Bob Hines mientras la cápsula se alejaba.
Junto con el viaje estaba el maniquí de pruebas del Starliner: Rosie the Rocketeer, una adaptación de la Rosie the Riveter de la Segunda Guerra Mundial.
Las reparaciones y la revisión costaron a Boeing casi 600 millones de dólares.
Información adicional de Associated Press
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